Un viaje a las entrañas de la política, que traslada a los espectadores a un despacho de cualquier partido político. En él, dos hombres, cerca de alcanzar el poder, tras años de dedicación a la política, ponen al descubierto sus deseos, ambiciones, ilusiones y miedos. Lo que en un primer momento es una distendida reunión improvisada, acaba convirtiéndose en un tenso intercambio de reproches.
Un despacho en la sede de un partido político. Francisco, líder del partido, esperanza de cambio para la sociedad, invita a Alejandro, su mano derecha y amigo, a degustar un estupendo whisky. Lo que empieza siendo una charla amigable acabará por destapar aspectos inesperados que amenazarán el equilibrio de una relación de amistad y colaboración de muchos años.
Francisco: «Todo es una cuestión de lealtad. La vida es una cuestión de lealtad. La decencia es una cuestión de lealtad, para mí así es la vida. Es cierto, casi todo el mundo tiene algo que esconder, el taxista, el charcutero, la peluquera, el maestro, pero si los que tenemos que dar ejemplo nos corrompemos ¿qué hacemos? ¿tirar el edificio para que otros construyan uno nuevo a ver si tienen más suerte en los cimientos?»
Dignidad es un texto de Ignasi Vidal, que además de ser actor se atreve a escribir teatro. Versa sobre la actualidad política, sobre el concepto de democracia, pero sobre todo versa sobre la amistad, sobre cómo le afectan a esta las ambiciones a nivel individual. La carrera política es muy larga y se fragua a lo largo de los años con compañeros de partido que acaban siendo amigos, o que primero fueron amigos y luego compañeros de partido. En esa carrera de fondo que siempre es la política, de repente se presenta una encrucijada en la que tienes que tomar una decisión profunda; elijas el camino que elijas, siempre se sufre una pérdida. ¿A quién traicionar, al amigo que te acompañó hasta aquí o a la idea que vertebró tus creencias más profundas?