Descubriendo a Gila es un espectáculo que nace de una propuesta presentada en la Fundación Autor para celebrar el Centenario del nacimiento de Miguel Gila (12 de marzo de 1919, Madrid-13 de julio de 2001, Barcelona). La pieza es la adaptación para teatro de algunos cuentos seleccionados de sus libros y además incluye proyecciones animadas con viñetas que Gila hizo y que fueron publicadas en revistas como Hermano Lobo o La Codorniz.
Después de los muchos homenajes que se han hecho a su memoria, casi todos reproduciendo, recreando o imitando sus clásicos monólogos televisivos, Pepe Garamendy ha vertebrado el espectáculo rescatando estos cuentos que nunca -o casi nunca- se han llevado al escenario. Es un enorme trabajo de investigación sobre la obra más desconocida del gran cómico. Y es que abordar la obra de Gila para adaptarla a una obra de teatro no es tarea fácil. Había que seleccionar, elegir y adaptar sus cuentos y relatos publicados en libros de humor, pasando por alto sus famosos sketches televisivos por todos de sobra conocidos. Y es que Gila era mucho más que eso.
Estos cuentos cortos que conforman el espectáculo son en los que el gran Gila despliega su enorme talento para el relato surrealista y el absurdo. Desnuda a la familia, a la sociedad de la época, al matrimonio, a los prejuicios sociales y a los recuerdos. Pepe Garamendy ha leído estas publicaciones miles de veces y las ha interiorizado hasta conseguir hacerlas suyas, aportando su propia visión, ordenándolas y relacionándolas unas con otras para conformar un espectáculo unitario de humor.
Pepe Garamendy inició este proyecto con el miedo de no saber trabajar un texto que no hubiera sido escrito por él mismo, ya que siempre había sido así, pero para su sorpresa, a medida que fue avanzando el trabajo, fue cuando descubrió que le iba resultando más fácil de lo que creía y al final del trabajo comprendió la razón: había partido del ingenio de Gila y solo eso le facilitó la tarea. Luego aparecieron las dificultades en los ensayos, tenía que manejar el peso de una mochila que había llevado consigo desde la adolescencia, cargada con el recuerdo de su peculiar manera de hacer humor. Pero sin caer en la imitación fácil, porque imitar a Gila es imposible. Gila era inimitable y único.