Danny y Roberta son los protagonistas de una historia que trata sobre la necesidad de amar y ser amado. Estos dos desconocidos se encuentran y, a medida que conversan, descubren que tienen mucho más en común de lo que imaginaban inicialmente.
Ambos son seres abandonados, como si fueran juguetes rotos, y se encuentran en un bar solitario en las afueras, buscando sumergirse en su propia soledad.
Se observan mutuamente y surge un interés recíproco, pero ruidos internos diferentes en cada uno de ellos constantemente dificultan su interacción. Ambos adoptan una actitud defensiva, como animales heridos. Sin embargo, hay algo en ellos que les permite ‘conectar’ y así comienza el juego.
Danny es un camionero que lucha por mantener su trabajo y vive con su madre. Es como un niño que clama por ser amado, aunque su comportamiento indique lo contrario.
Roberta es una madre soltera que vive con sus padres, quienes cuidan de su hijo. Traumatizada por su entorno familiar y por la sociedad en general, busca refugiarse en las noches debajo del bar junto a su casa.
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