Un funeral. Un ataúd con un niño de 11 años en su interior. Y María, la madre, velando al joven difunto mientras los asistentes murmuran. María contempla a su hijo, pero desea salir de esa habitación. Desea huir de todo, dejar atrás las calles en las que trabaja como prostituta y olvidarse de todos los hombres que la compran a diario como mercancía. María lo único que realmente desea es volver a caer en los brazos del padre del niño ahora fallecido, aquel amor que se le metió hasta las entrañas y que tantas cicatrices ha dejado. Este texto de Saúl F. Blanco -inspirado en la novela de Stefan Zweig: Carta de una desconocida-, está dirigido por Chos y protagonizado por Silma López y por el propio Saúl, dibuja de forma precisa las heridas de los amores olvidados, la fuerza del deseo y la complejidad de los pensamientos que motivan las acciones y los comportamientos de los seres humanos.