Por Cándido Pazo
Cigarreras es más que una adaptación, pero menos que un texto independiente. Es una de las muchas lecturas teatrales que se pueden hacer de La Tribuna de Pardo Bazán. Una nóvela que, de tan sugestiva, resulta tan abrumadoramente fértil que sería iluso pretender abarcarla al completo en una obra teatral.
Una lectura que, como todas, tiene su parte objetiva, dominante en nuestra propuesta, ligada a lo que se ha leído; y su parte subjetiva, la subsidiaria, ligada a la mirada de quien ha leído.
Una mirada que quiso hacer foco en las trabajadoras de la fábrica. Las cigarreras. Sus circunstancias, vivencias, ilusiones, frustraciones… Y especialmente en una de ellas, la protagónista de la nóvela: Amparó, la Tribuna. Y con las cigarreras, el tiempo histórico que les toco vivir. El que va de la Revolución de 1868 a la proclamación de la I República. Unos años que, por convulsos y controvertidos, están sujetos a variadas interpretaciones y querencias, y en los que se pueden percibir ciertos ecos que resuenan actualmente.
Siguiendo estímulos de la nóvela, pero también como solución estructural, esa mirada se propuso el reto de expresarse en femenino. Solo con actrices. Y, por la misma razón, quiso tener en escena a la propia escritora. Por eso y porque, citando a una de sus biógrafas, “sus avatares, sus logros, sus derrotas y, sobre todo, sus preguntas resuenan hoy con una intensidad intelectual y emocional que la hacen plenamente contemporanea”.
Finalmente la mirada se hace dramaturgia. Dramaturgia del pensamiento. Doña Emilia relee La Tribuna, once años después de escribirla. Eso la lleva a recordar, a imaginar, a pensar… A hablar con sus supuestos lectores, que acaban por ser el público del teatro.
Y el pensamiento se hizo carne en un espectáculo en el que, lógicamente, dominan los tonos propios del drama individual y colectivo que relata La Tribuna, pero en el que no faltan otros más luminosos, incluso cómicos. Ora de la mano de diversos personajes y situaciones, ora derivados de la presencia en escena de la autora gallega, trasunto de una mujer que, como armas de defensa o ataque, recurría habitualmente al sarcasmo, la ironía y el humor.