La soledad agudiza el ingenio y Miguel de Cervantes era ingenio puro. Luchar contra la incomprensión, contra un tiempo que no es el tuyo, cansa, y él se sobrepuso todo lo que pudo. Sus fantasmas y sus enemigos se revelan contra sus imágenes en movimiento.
Cervantes, con un hilo de vida, se pregunta, con ironía y amargura, por qué su teatro no funciona. Se enfrenta con el éxito de Lope y sus problemas de memoria. Repasa su vida interrumpido por las voces de Sancho, Sansón Carrasco y Aldonza, mientras dialoga con su lucidez creativa y se deja llevar por su imaginación, que cita a los personajes de su novela ejemplar El amante liberal.
Así Cervantes analiza su pensamiento y representa una suerte de historias y aventuras de amores y prisiones en las que el drama y la comedia se entremezclan con la vida del escritor, un Miguel de Cervantes intenso e íntegro que se enfrenta con toda su dignidad y rebeldía a un Lope de Vega, presente como un diablo que le atormenta, y al que demuestra que un Monstruo de la naturaleza ha de ser ejemplar.
Miguel de Cervantes se nos despide con su genialidad de una manera muy humana camino de la eternidad.