Guillem Albà nos cuenta, solo y sin palabras, un hecho tan complejo y a la vez tan cotidiano: la prisa. Ese ‘correr todo el rato’ en el que vivimos instaladas.
Calma! lleva al espectador a disfrutar de una experiencia por momentos cómica, por momentos poética. Con el clown como bandera, y a través de los títeres, el gesto, las sombras, o la música, nos llevará a cuestionarnos nuestro día a día y el propio viaje vital. Si vale la pena correr tanto, si estamos haciendo lo que realmente nos llena. En definitiva, ¿queremos seguir así o queremos cambiar de velocidad?
Calma! es puro Guillem Albà. Su clown salvaje está presente, su poética no falta, y su mensaje optimista y vital se convierte, finalmente, en algo catártico.