En Caléndula dos actrices y una autora se embarcan en un divertido y poético viaje al centro de sus cuerpos desde el escenario. Sus cuerpos son envoltorios frágiles, perecederos y a la vez demandantes de placer. En su encuentro íntimo y honesto con el público, muestran sus miedos y sus deseos, a través de distintas situaciones: la autora no quiere tener un cuerpo y se ha convertido en un texto, una madre y una hija que se enfrentan a la caída del primer diente, una persona ha cumplido 40 años y ha decidido no salir más de la cama.
Caléndula explica la vulnerabilidad desde el humor y nos hace preguntarnos: ¿tenemos un cuerpo o somos un cuerpo?