Enrique Viana dirige una nueva producción del Teatro de la Zarzuela que recoge el libreto de Antonio Paso y Ricardo González del Toro bajo la música de Pablo Luna. Una opereta en tres actos llena de enredos amorosos y de identidad sexual.
Estrenada en el Teatro de la Zarzuela de Madrid el 12 de mayo de 1923, su acción discurre en el Isfahan del siglo XVI, la antigua capital de Persia (actual Irán), donde entre palacios y plazas públicas se desarrolla su fantástico relato. Y es que una ley dicta que el primer hijo de los matrimonios debe ser varón y el segundo mujer. De no ser así, los bebés deben ser sacrificados.
Pero la mujer del sultán da a luz a una niña y después a un niño. Para no tener que matarlos, decide hacer pasar por varón a su hija, dándole el nombre de Darío, y por mujer a su hijo, llamándole Benamor. Pasan los años y consigue que su secreto no sea descubierto, aunque con ciertos divertidos equívocos.
No obstante, la situación se complica cuando la supuesta princesa debe contraer matrimonio, por cuya mano compiten tres pretendientes de otros países, uno de ellos español: Juan de León, capitán de los Tercios de Flandes.
Esta obra forma parte, junto con El asombroso Damasco y El niño judío, de la llamada trilogía oriental de Luna, todo un éxito en su carrera.