Yasmina Reza, la autora de Arte y Un dios salvaje, escribió Bella figura a petición del director alemán Thomas Ostermeier, para ser representada en la Schaubühne de Berlín. En ella se asoma una reflexión sobre la vida, el tiempo y el fracaso a través del retrato siempre mordaz de una cierta burguesía, con sus angustias, hipocresías, mentiras, neurosis y códigos éticos en decadencia.
En la historia de un adulterio, aparentemente frívola, asistimos a la representación cruel, lúcida e inteligente de nosotros mismos. Personajes contemporáneos de una sociedad de primer mundo repleta de dudas y zonas grises que fingimos no ver. De la banalidad de la vida, salpicada de rutinas, emerge un profundo vacío existencial. Lo que debería ser la cena romántica de una pareja y una fiesta de cumpleaños relajada, se transforma en una noche desastrosa donde el cinismo y la soledad van adquiriendo el papel protagónico. Todo estalla. Sobre todo, las emociones. Nada que unas ostras acompañadas con champán no puedan resolver. Al final, lo que más importa es mantener las apariencias, la ‘bella figura’,como dicen en italiano.
La obra juega con la vanidad en varios sentidos; nuestra vanidad con respecto a la apariencia física y el esfuerzo tiránico por conservarlo, pero también en el sentido de lo efímero, del paso del tiempo, el absurdo de lo cotidiano y el coraje requerido para liberarse de las apariencias.
El ritmo y la precisión de los diálogos trazan un retrato de cinco seres con sus equívocos y las mentiras que se dicen a sí mismos para seguir existiendo.
Espectáculo en portugués con sobretítulos en castellano.