Fotos: David Ruiz
Versión teatral de la película de Lars Von Trier, Dancer in the dark, considerada como un referente en la cinematografía contemporánea, que presenta unos contenidos poderosamente humanos y actuales: la abolición de la pena de muerte, la sociedad capitalista y la consiguiente obsesión por lo material, el concepto de inmigración, la disolución de fronteras y por encima de todos, la fraternidad, el perdón, el amor y la bondad sin condiciones.
Selma, es una inmigrante y madre soltera, que trabaja duramente en la fábrica de un pueblo de los Estados Unidos con el único fin de poder ahorrar el dinero suficiente para poder operar de la vista a su hijo Gene, pues sufre de una enfermedad degenerativa que ella también padece. Sin embargo, tanto el trabajo, como llevar una simple vida cotidiana es cada vez más difícil pues su enfermedad está ya muy avanzada y Selma está prácticamente ciega. Para poder evadirse del mundo gris y escaso de luz que le rodea, Selma fantasea constantemente con canciones y los números de baile como en sus musicales favoritos de Hollywood.