Así que pasen cinco años nos habla de amor y de muerte, de realidad y frustración y, sobre todo, del paso del tiempo y de cómo éste parece oponerse a lo que Lorca llamaba “el sueño de la vida”.
El argumento es sencillo: El Joven, protagonista de la obra, mantiene una relación con La Novia, pero se niega a hacerla real, hasta que pase un tiempo simbólico de cinco años.
Terminada la espera, El Joven la busca, pero ella ya no le ama y se fuga con El Jugador de Rugby. El Joven, que siente cómo el tiempo se le acaba, recuerda a La Mecanógrafa, que le amaba hace cinco años, y decide buscarla, pero es ella, esta vez, la que establece que su amor solo será posible… Así que pasen cinco años. El Joven totalmente abatido vuelve a su casa y muere.
Son muchas las interpretaciones posibles que ofrece esta obra, así que mejor que el espectador con su mirada y las imágenes que se van despertando en él, vaya construyendo su propio viaje interno.