El primer gran montaje de Kulunka Teatro, una obra llena de belleza y poesía de Teatro de máscaras.
En un pequeño salón, el frenético tecleo de una máquina de escribir, se enzarza a diario con las notas de un violonchelo. Son André y Dorine, una pareja de ancianos que, como tantas otras, ha caído en la desidia, olvidando así lo que un día los unió. De las paredes cuelga el pasado enmarcado, como único testimonio de lo que compartieron. Pero un suceso, la enfermedad, será la encargada de sacudir el polvo de su relación, obligándoles a recordar quiénes fueron, para reencontrarse con quienes son. Recordar cómo han amado, para seguir amando.