La bailarina y coreógrafa Lucía Marote dirige este espectáculo en el que el cuerpo se presenta como contenedor y espejo de los sentimientos y estados que le atraviesan, en un espacio vacío y libre de restricciones, donde todo es en potencia.
A través de un acto poético de entrega absoluta, sin reservas, sin miedo o a pesar de él, dos mujeres se buscan, se comparten, se apoyan, se funden, se disuelven, desvelando la historia escondida entre los pliegues de la piel en forma de poesía escrita en los cuerpos. Se trata de un camino para trascender le dolor, para renacer, para sanar. Y de la belleza de unos cuerpos que se muestran con crudeza y honestidad.