¿Qué harías si vas conduciendo un tranvía sin frenos y con una palanca tuvieras que elegir si matas a cinco personas o a una sola?, ¿Y si solo tuvieras un minuto para decidir?
Puede parecer sencillo, ¿verdad?… O no. Todos los días tomamos decisiones, ya sean importantes o banales. Cada paso que damos en una dirección nos desvía o acerca inconscientemente a lo que queremos. Pero una posibilidad siempre muere.
Al final siempre hay que matar a alguien es un espectáculo que aborda temas como la eutanasia, el aborto o la discapacidad involucrando al público activamente en la acción dramática haciéndole decidir sobre el desarrollo del espectáculo.