Después de Báilatelo sola, el show de poesía escénica con el que ha rodado durante años y pudimos disfrutar con gran acogida del público, Alejandra regresa de la mano de su segundo poemario con más fuerza que nunca. Esta vez el texto llega a escena acompañado de otros cuerpos, dando voz a aquello que necesita nombrarse.
El cuerpo enfermo, los legados familiares, las mujeres que somos y las que nos trajeron al mundo, el amor, nuestra infancia y, por supuesto, el deseo.
Aquí el cuerpo se agita para encontrar su verdad, “aquí un estómago una escalera una mujer deseosa de fuego que invade cama ajena un llanto que pincha los ojos como clavos una canción que suena fuerte que tambalea el suelo aquí las mujeres van desnudas como a caballo pero andando dejando un rastro de pétalos con el pelo aquí solo hay deseo».