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A muerte como lema.
A muerte como forma de vida.
Así creemos que tiene que ser una obra, así debe ser representada, a muerte.
Llevamos en vena la ironía de la humanidad, somos hijas del siglo 21, somos resultado de toda la basura previa, con burla y macarrería nos presentamos, no sabemos actuar de otra manera. La celeridad del tiempo y del ritmo de vida se nos queda corto, por ello, sin esperanza y sin miedo vamos a muerte con la vida.
Excitadas y casi poseídas al pronunciar las palabras «a muerte» no hemos tenido otra solución: matar a las Hermanas Gestring. Con un claro objetivo: vernos cara a cara con Hades.
Para ello tuvimos un arduo y excitante viaje en el que tuvimos que engañar a Caronte, vagar durante años por Asfódelos, fingir pertenecer a sangre azul para permanecer en los Campos Elíseos hasta que la piel de sirena desapareciese para dejar ver las garras de las Keres y poder atravesar el río de fuego y enseñarle a Hades quién mandaría a partir de ahora. Y fuimos tan a muerte que nos hicimos con ella, con el mundo subterráneo para ser gobernados por nosotras, las hijas de la noche con sed de sangre humana.
Es el ansia de crear la que nos impulsa, así la obra se plasma como un vómito, una explosión de situaciones, no hay espacio para el respiro ni la pausa, como un juego macabro donde el descanso o la duda no valen, mueres.
