Julia es una obra de 1874 pero está traída a la actualidad en todos los sentidos. Desde los diálogos, un poco más coloquiales, sin perder la maravillosa profundidad textual de Strindberg, hasta el vestuario, la escenografía y la música.
En la noche de San Juan, la joven Julia se acerca a la fiesta de la empresa que dirige su padre para pasar un buen rato. Allí se propone seducir a Juan, el secretario de su padre, que a su vez sale con otra mujer, Cristina. Julia ejerce poder sobre Juan porque él trabaja para ella, pero él ejerce poder sobre ella porque es un hombre.
La obra incluye momentos de danza contact que refleja esa lucha constante entre las clases y los sexos con músicas reconocibles para el público cargadas de una gran sensibilidad que ayudan a contar esta historia.