Horror nos propone una reflexión sobre el carácter de los miedos que alberga el ser humano: las personas temen, fundamentalmente, perder lo que les hace sentirse seguros y protegidos. Los seres humanos se apegan a personas, lugares y situaciones pensando que no cambiarán y temen que desaparezcan. Paradójicamente las películas de terror y este particular tributo provocan que todo lo que parecía seguro se ponga en peligro provocando la angustia y desesperación. Además, la adrenalina sube y el instinto de supervivencia y conservación emerge con una fuerza inusitada en los personajes.
El autor se cuestiona también sobre las motivaciones internas del perseguidor: ¿Qué le lleva a cometer esos actos terroríficos? ¿Elementos externos o una fuerza interna que había sido reprimida por demasiado tiempo?
Todo ello nacido de la improvisación de los actores sobre las bases de un guion previamente elaborado de Jakop Ahlbom.