Por Sergio Díaz
¿Tristeza? ¿Qué tristeza? Ver este montaje ha sido uno de los grandes recuerdos teatrales del 2017. Y fue toda una alegría. Menudo pelotazo. Tuve la suerte de ir a ver las primeras funciones que tuvieron lugar el pasado otoño en la tercera edición de Essencia, festival de la teatralidad de Cuarta Pared y salí entusiasmado con esta celebración de la vida. Un espectáculo fresco, bien cohesionado, con un lenguaje escénico vibrante y, sobre todo, una fuerza visual impactante. Una pasada lo que se construye aquí Rakel Camacho y el resto del equipo. Los cuatro intérpretes (Julia Monje, Antonio Sansano, Teresa Rivera y Carlos Troya), que también son los autores de los textos, nos invitan a viajar con ellos por sus recuerdos en una ceremonia iniciática sobre la futilidad de la vida. Y no es que la vida no sea importante, ‘au contraire’, pero hay que quitarse importancia, relajarse, no tomarse tan en serio y disfrutar de todo como si no hubiera un mañana. Hagas lo que hagas te va a dar igual. Así que mejor hazlo riendo.
10% de Tristeza es un trabajo de profunda reflexión y experimentación sobre el teatro, sus límites, su mensaje y su relación con el público-observador. Se trata de un collage en el que se han explorado diferentes lenguajes como la autoficción, la improvisación, el musical, el uso de la palabra, la acción performativa, el movimiento o la coreografía para invitarnos a… bueno, para invitarnos y punto. Para que seamos partícipes o no de lo que quieren compartir con nosotros. Cada persona que tome su propia decisión. Aquí se admiten mirones, pero al menos que miren el mundo con actitud positiva. Se permite estar triste, claro que sí, pero por lo menos que haya actitud para revertir la situación, que se quiera disfrutar de la bacanal de emociones que supone estar vivo. Y es que como dicen en un pasaje de la pieza: “Vivir como si fuera el último día, porque queridos y queridas mías, este chiringuito el día menos pensado se va a tomar por culo…”. Así que ya saben, únanse a la causa de minimizar la tristeza. Y si no saben cómo hacerlo, aquí se lo enseñan, porque este espectáculo es ¡¡¡’el apocalipsis de la fiesta’!!!