8 de marzo. Qué celebramos y qué reclamamos

 

 

CELEBRAR

 

Creo que hay que celebrar muchas cosas y estoy segura de que el resto de mis compañeras cubrirán la mayoría, si no todas, así que aprovecho mi oportunidad para expresar que lo importante para mí es celebrarlas en público, celebrarlas en grandes medios, celebrarlas online, celebrarlas con premios, celebrarlas periódicamente y celebrarlas juntos. Que los logros y avances de las mujeres en la escena española sean considerados como tal por todos y así se celebren, como se celebran los de los hombres. Sin divisiones y con la mayor fanfarria posible.

 

DENUNCIAR/RECLAMAR

 

Una de las cosas que hay que seguir reclamando es la visibilidad de la mujer y del trabajo de la mujer. Cuando somos visibles, se aprecia nuestro trabajo, se nos valora como creadoras y como personas, al hablar se nos escucha, y desde ahí podemos luchar contra las injusticias o, simplemente, trabajar.

 

Hay que reclamar el derecho a utilizar el lenguaje necesario para la lucha, hay que reclamar que características atribuidas al hombre puedan ser femeninas y valoradas en la misma medida en las que las valoramos cuando las personifica un hombre. Un hombre puede hablar y utilizar palabras y tener actitudes que en una mujer se desaprueban. Parece mentira que haya que decir esto pero: una mujer puede ser firme, inteligente, líder, valiente, creativa, tener éxito… y no ser una amenaza para nadie sino un ejemplo a seguir.

 

Hay que reclamar el derecho a tener éxito sin tener que disculparse por ello, sin tener que justificarse, sin tener que temer que sea pasajero, sin que se asuma que es algo extraordinario.

 

Hay que reclamar el derecho a fracasar y a equivocarse y montar un desastre escénico y levantarse y montar otro y aprender. Hay que reclamar el derecho a experimentar.

 

Hacerse un hueco en esta profesión es una lucha constante, no contra el privilegio que disfrutan los hombres sino contra los prejuicios que se nos aplican a las mujeres. Es importante entender esa diferencia porque yo no quiero que te quites tú para ponerme yo. Yo quiero un espacio en el que haya igualdad de oportunidades e igualdad de trato, y por eso lucho.

 

 

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