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Ayudando a descubrir el teatro

Itziar Pascual: “Hay que apostar por un teatro de calidad, por el mejor teatro posible para la infancia”

Periodista, dramaturga, investigadora y pedagoga. O dramaturga, pedagoga, investigadora y periodista. Porque ¿cuál es el orden correcto en nuestras biografías profesionales? ¿Va primero lo que fue aconteciendo cronológicamente por deseo, empeño o casualidad, o aquello que nos moviliza con mayor insistencia actualmente?

Atendiendo a esta última premisa, Itziar Pascual (Premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud) se autodefine como dramaturga, pedagoga, investigadora y periodista.

Aprovechando que recientemente ha publicado Días azules y sol de infancia (Punto de Vista Editores), una antología de sus siete textos teatrales dirigidos a público infantil, charlamos con Itziar sobre su prolífica carrera, la urgencia de ofrecer teatro de calidad a los espectadores más jóvenes, y el valor de los premios y apoyo institucional para mantener un tejido sólido que impulse a los creadores.

 

En la actualidad no son pocos los espacios que acogen propuestas escénicas para público infantil y juvenil. Quizás lo complejo es descubrir montajes de calidad, con una dramaturgia exigente y una puesta en escena meritoria. La exigua cartelera ofertada cumpliendo estas características provoca que las entradas vuelen pocas horas después de ponerse a la venta. Sellos como Teatralia, Espacio Abierto Quinta de los Molinos, Vividero en las Naves del Español, Cuarta Pared o Teatro Circo Price son garantía y refugio para las familias que buscan estas pequeñas joyitas.

La dramaturga Itziar Pascual es bien conocedora de esta situación. Todavía se sorprende cuando acude a un acto con jóvenes y descubre que la mayoría de ellos no han pisado un teatro en el último año (o nunca). Pero es que claro, no hubo antes un germen bien nutrido que pudiera dar lugar a una cosecha de espectadores atrapados en las fauces del universo escénico. Es por ello que defiende la necesidad de “apostar por un teatro de calidad, por el mejor teatro posible para la infancia”. No hablamos del público del futuro. Es un público que ya está aquí.

 

INICIOS EN EL PERIODISMO

El ‘veneno del teatro’ fue inoculado en las venas de esta periodista ya desde sus comienzos en la Cadena SER, luego en El Mundo, pasando por trabajos varios hasta llegar a dirigir en Barcelona la revista A Escena. Tuvo la fortuna de poder aprovechar los cursos de formación para dramaturgos que ofrecía el Instituto de la Juventud, bajo la tutela de Jesús Cracio. “Pocas veces un dinero público ha tenido tanta utilidad social. Para mí fue decisiva esa política cultural de formación porque tuve, gracias al Instituto de la Juventud, mi primer curso de dramaturgia, mi primera visita al Festival de Avignon y mi primer viaje a la Muestra de Teatro y Danza Joven de Asturias”, rememora.

Todas esas experiencias provocaron que el teatro fuese “tomando espacio, convirtiéndose en un eje de interés, haciéndose soberano. Creo que el teatro decide por ti”. Y aunque Pascual no ha dejado de tener “una visión periodística del mundo” -sigue colaborando en la revista Primer Acto-, el teatro es “mi casa”.

 

Ayudando a descubrir el teatro en Madrid

 PRIMERAS OBRAS DE TEATRO PARA LA INFANCIA

¿Cómo acaba una periodista, licenciada posteriormente en Dramaturgia y profesora de la RESAD, con decenas de obras teatrales escritas, poniendo el foco en el teatro para la infancia?

Se podría decir que la ‘culpa’ de todo la tiene Miauless, un texto teatral de 1997 que ahora forma parte del volumen Días azules y sol de infancia, junto a las obras Mascando ortigas (Premio ASSITEJ España), Aire de vainilla (XXIV Certamen de la Escuela Navarra de Teatro), La vida de los salmones (Premio SGAE de Teatro Infantil 2015), Ainhara (Premio Luis Barahona de Soto), Raíz y Pepito. Una historia de vida para niños y abuelos (Premio Morales Martínez de Textos Teatrales 2019).

Los alumnos y alumnas de varios institutos decidieron ‘apropiarse’ de Miauless, una obra sobre el apego, la libertad y la identidad. Gracias al profesorado, Itziar pudo saber que su creación generaba apasionados debates en los centros educativos, a pesar de que no había sido expresamente concebida para ello.

Esta circunstancia apuntala una firme convicción en la autora: “La literatura para la infancia y la juventud no es solo la que se concibe intencionalmente para estas edades”. Los adultos podemos proponernos idear hipótesis y conceptualizar “lo que es aceptable, correcto o conveniente para la infancia, pero los pequeños deciden”, asegura.

 

SUSANNE LEBEAU ENCIENDE LA MECHA

La publicación de Mascando ortigas en 2004, dará lugar a que Itziar Pascual conozca a Suzanne Lebeau, “una persona decisiva para que yo me dedique al teatro para la infancia”. Con motivo del Premio ASSITEJ España, la Asociación Internacional del Teatro para la Infancia y la Juventud invita a la dramaturga a coincidir en una mesa redonda con la escritora canadiense. “Eso es básicamente como que estés empezando a jugar al fútbol en el banquillo del Castilla y te digan que vas a hablar con Zidane. Fue fundacional y construyó los primeros marcos de un vínculo que para mí hoy sigue siendo decisivo. Suzanne era un mito para mí y hoy es mi amiga”.

Pascual se anima a confirmar “sin ambages que es una de las autoras mundiales más importantes del teatro para la infancia”, cuyos textos están traducidos a más de 30 lenguas y han sido estrenados en instituciones como la Comédie-Française. “Siempre digo que por donde pasa Suzanne aparecen vocaciones para el teatro para la infancia porque es una maestra en el sentido profundo del término; permanentemente está escuchando y tiene una perspectiva crítica, analítica y exigente ante el arte que ofrecemos”, sostiene.

La admiración y la pasión por esta figura internacional, la llevó incluso a embarcarse en el trabajo de investigación Suzanne Lebeau: las huellas de la esperanza, “un monográfico que para mí es una innegociable necesidad de poner en valor a una maestra de la trayectoria y de la categoría de Suzanne”.

Desde esos fundacionales Miauless (llevado a escena por la directora Natalia Menéndez) y Mascando ortigas que marcaron el inicio de un viaje literario a través del tiempo, llegamos hasta Pepito (Una historia de vida para niños y abuelos), la última pieza escrita por Itziar para público infantil. Precisamente en noviembre se ha representado en las Naves del Español en Matadero, con Leyre Abadía bajo la dirección de Carmen Losa. La pieza, que podrá verse de nuevo el 8 de marzo de 2024 en el Corral de Comedias de Alcalá de Henares, trata sobre infancias diversas, las de los abuelos y abuelas que fueron niños de la guerra, que conocieron los bombardeos, los refugios en el metro, la huida, la cartilla de racionamiento, el estraperlo… Cuánta actualidad resuena en todo esto.

 

UNA INFANCIA EN UN MUNDO REAL

Quizás la vocación pedagógica de Itziar Pascual tenga mucho que ver con las temáticas que atraviesan sus textos. “Es muy importante para mí vindicar que niñas y niños no habitan un mundo distinto al nuestro, al de los adultos, no viven en un mundo feliz, perfecto, sin mácula, sin conflictos, sin dolor”. Partiendo de esta consideración, los temas no pueden ser otros que los que tenemos todos los días encima de la mesa o abriendo telediarios.

Si la alteridad y la relación con el otro están muy claramente reflejados en Miauless, en Ainhara (Poema dramático) y en Raíz, la identidad toma el protagonismo en Mascando ortigas. “Creo que hay algo que también acaba siendo insistente y tiene que ver con el deseo de que la dimensión política y social no se pierda cuando hablamos de la infancia. Obras como Ainhara, Raíz, Pepito o La vida de los salmones están haciendo preguntas sobre el mundo en el que niños y adultos vivimos; y cuál es el papel de las mujeres y de la infancia en el mundo, qué sociedad estamos construyendo”.

 

FUENTE DE NUTRICIÓN

Para desarrollar una carrera literaria tan prolífica, una se pregunta de dónde mana tanta inspiración. “Me mueven la curiosidad y la ignorancia. Siempre tengo la sensación de que el mundo está lleno de historias que merecen ser contadas, pero hace falta aceptar humildemente la ignorancia y tener la curiosidad para recogerlas. Para mí es una tarea esencial escuchar el mundo, el aliento de la infancia, lo que nos acontece”, desvela Itziar.

Sobre su proceso de escritura, Pascual dice trabajar “con lo que sé y con lo que no sé”. Es de esas creadoras que siempre llevan un cuaderno, “una palabra fundamental” en su vida. “A veces trabajo con elementos de intuición, otras necesito procesos largos de investigación y de documentación previa donde esa periodista y esa investigadora se alimentan también. Todo el rato pienso que pedagogía y práctica dramatúrgica son un puente y un viaje de ida y vuelta”.

 

PREMIO NACIONAL DE ARTES ESCÉNICAS PARA LA INFANCIA

Todo ese empeño y dedicación de Itziar Pascual al mundo de la escena ha sido reconocido con multitud de premios. Pero hay uno que destaca sobre todos ellos y del que habla con especial ilusión. “Estaba en la RESAD, en el Departamento, y pensé: ‘Esta es una llamada importante, hay que cogerla’. Recuerda perfectamente lo que estaba haciendo en ese instante de 2019 en que, desde el Ministerio de Cultura, le comunican que ha sido merecedora del Premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud. Fue muy emocionante porque el jurado estaba constituido íntegramente por miembros de compañías ganadoras del Premio Nacional y por colectivos a los que admiro profundamente”.

Desde la creación de este galardón en 2009, sólo lo han recibido instituciones. Itziar Pascual es todavía la única autora que ha sido distinguida con él y por ello hace extensivo el reconocimiento: “El premio no lo gano sola. Lo gano con todos los autores y autoras que en este país estamos escribiendo para la infancia”.

En esa línea, Itziar Pascual muestra su firme deseo de que el foco apunte a más autoras y autores: “Todo lo que podamos hacer para divulgar el teatro es prioritario porque seguimos teniendo gente en ese país que nunca ha ido al teatro; hay niños y niñas que no han tenido la oportunidad de ir ni una sola vez. No es de recibo que tengamos un artículo 44 de la Constitución que legitima y defiende el derecho del acceso a la cultura que incumplimos sistemáticamente con la infancia”.

 

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RESISTENCIA Y ESPERANZA

No son pocos los artistas o creadores que restan importancia a los premios, alegando que no suponen ningún cambio en sus carreras. Esta dramaturga comprende la humildad de quien reconoce que una distinción semejante no modifica sus valores, su ética o su trabajo. Sin embargo, considera que “los premios son muy importantes en el sistema teatral, significan una puesta en valor del trabajo, una expresión de respeto de la profesión”. Es más, “los premios son una forma de reconocimiento de lo que haces, pero también de lo que no haces, de tu forma de estar en la profesión”.

Y su manera de ocupar ese espacio viene marcada también por los 25 años de docencia en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid. “Puedo decir que la RESAD es mi casa y tengo la enorme suerte y el gran privilegio de ser observadora de los talentos dramatúrgicos de este país. Por las aulas de la escuela hemos visto pasar gente tan valiosa, tan importante, que es muy emocionante”.

Le preguntamos qué le interesa inculcar a sus alumnos: “Para mí hay dos palabras fundamentales que intento transmitir: una es resistencia y la otra es esperanza. Resistencia porque creo que una carrera artística no se fundamenta en un concepto rápido de éxito, y esperanza porque me parece imprescindible creer en el teatro como una fuerza de cambio”.

 

OBJETIVO: ELIMINAR LA DESIGUALDAD

El compromiso de Itziar Pascual con el sector la llevó también a presidir entre 2000 y 2003 la Asociación de Mujeres en las Artes Escénicas de Madrid (Amaem), que se dieron a conocer como Las Marías Guerreras.

¿Cómo ha evolucionado el papel de la mujer en esta profesión durante los últimos 20 años? “Incrementando los niveles de conciencia de la desigualdad. A finales de los 90 del siglo pasado -recuerda- todavía nos encontrábamos con muchas personas que preguntaban ‘¿Es necesaria una asociación que vindique los derechos de las mujeres creadoras escénicas? ¿Realmente hay una situación de desigualdad?’. Yo creo que 20 años después esas preguntas no son tan frecuentes porque los datos, los estudios, las demostraciones, los testimonios evidencian que sí. Nos queda tarea para que, ahora que se incrementan los niveles de conciencia, no perdamos los objetivos de eliminar la desigualdad”.

 

Toda la cartelera de obras de teatro de Madrid aquí

 

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