A veces tenemos que parar. A veces tenemos que gritar. Siempre hay que reírse con la vida, y de vez en cuando, debemos cuidar en la dirección inesperada.
Tres hermanas. Una madre desaparecida que quiere ser feliz y que sus hijas lo sean. ¿Tanto ha cambiado Consuelo o es que siempre fue así? ¿Deben sus hijas estar preocupadas por ella o deberían empezar a preocuparse por vivir y disfrutar sus vidas?
La madre toma una decisión unilateral: las cuatro se van juntas un fin de semana para encontrarse con ellas mismas y con las demás. Volverán a mirarse de nuevo a la cara y a decirse todo lo que nunca se atrevieron. En definitiva, con ayuda de su madre, las tres hermanas gritarán a la vida.
Con hilarante tono de comedia, reflejarán una realidad que, como en la vida misma, unas veces se torna descontrolada, otras divertida, en ocasiones despiadada, a momentos mística, si duda imprevisible y, en muchas ocasiones, surrealista.