Penélope y Ulises se reencuentran tras 30 años de distancia durante los cuales Ulises ha estado perdido y Penélope a la espera. Por fin pueden mirarse de nuevo a los ojos. La promesa se ha cumplido, pero no como ellos esperaban. Apenas son capaces de reconocerse. La fe que les mantuvo firmes todo este tiempo les prometía volver a sus recuerdos más preciados, a acariciar la piel que más amaban. Pero esa piel ya no es la misma. ¿Puede un nombre, un puñado de letras, sostener la identidad de una persona? ¿Quién es Ulises?
El viaje no ha acabado. La verdadera odisea es ahora reconciliarse con el que ha sido el motor de su vida. La promesa que les mantuvo a flote tal vez les haya traicionado.