En un célebre y poco conocido cortometraje de los años 50, el cineasta Orson Welles recorría las calles de Londres disfrazado de músico callejero ataviado estrafalariamente y sosteniendo diversos instrumentos musicales ante la mirada sardónica de numerosos personajes, interpretados asimismo por el propio Welles. Aquel ‘one man band’ (el hombre banda) cantarín e impertérrito se reencarna en espíritu en L’Orchestre d’Hommes-Orchestres, pero a lo grande.
Sus seis músicos (cuatro hombres y dos mujeres) llevan años recorriendo el mundo con varios espectáculos, pero es especialmente recordado el que presentan en esta edición del Festival de Otoño, su Performs Tom Waits, de larga andadura. Fue la presentación de este espectáculo el que los lanzó a los escenarios internacionales. Llevaban unos seis años con un proyecto que combinaba la música, la performance, el arte callejero y otras acciones urbanas cuando estrenaron, en 2008, Performs Tom Waits, además de otra función en torno a un furgón de leche, el vídeo de una actuación y la obra musical Tintammare caravane. Desde entonces han presentado 20 producciones en más de 80 ciudades de unos 20 países.
No solo hay que escucharlos. Hay que verlos. No estamos ante una banda convencional de versiones de uno de los mitos de la música estadounidense, el cantante (y actor, y compositor) de la voz desgarrada y las melancólicas melodías. No. Los músicos de L’Orchestre d’Hommes-Orchestres (La Orquesta de los Hombres Orquesta) tocan, actúan, crean en un espacio reducido, acotado, que les hace aparecer abigarrados rozándose, interrumpiéndose mientras ejecutan sus instrumentos convencionales y los así llamados instrumentos encontrados, como esos objects trouvés o ready made de la tradición artística: objetos inclasificables que ellos transforman en instrumentos musicales con la mera intervención insólita. Por ejemplo: las maletas que se abren y se cierran provocando un determinado sonido; una Biblia que golpeada imprime ritmo a una de las canciones. Hasta casi un centenar de invenciones que dan a la representación el aire de un circo musical o de un carnaval.
La banda ahonda en el rico repertorio y universo de Tom Waits para transformar sus canciones en una sinfonía armónica y percusiva. “Realmente hacemos lo que queremos con su música, con mucho respeto”, explica Bruno Bouchard, vocalista de la banda y multiinstrumentista. “Puedes reconocer la mayoría de las canciones, pero nos dimos un margen artístico para interpretarlas”. Y así, con humor, alocados y extravagantes, los músicos de L’Orchestre d’Hommes-Orchestres, lleva al público a un viaje por la cultura estadounidense al ritmo del jazz, el blues, el rock, el hiphop y la poesía.