¿Qué es el destino? ¿Existe realmente? A veces, cuando me agobio porque las cosas no salen como me había imaginado, cierro los ojos y me hago estas preguntas. Y es que, por mucho que pase el tiempo, nunca dejaremos de darle vueltas a las mismas incógnitas.
En una sociedad en la que los oráculos y tarotistas son vistos como raros y/o estafadores, nos sumergimos entre libros de crecimiento personal, podcasts de misterios sin resolver y hacemos scroll por cuentas de Instagram que nos animan a confiar en que, todo lo que sea para nosotros, nos llegará antes o después. Las dudas sobre el futuro se disfrazan de colores pastel y frases tan positivas como peligrosas que, si bien pueden inspirarte para afrontar tus metas con alegría, también pueden venderte ideas utópicas sobre que “tú puedes con todo”.
Y no. A veces no podemos con todo. A veces necesitamos dejar de hacernos los fuertes y que una mano amiga nos abrace y nos diga “pase lo que pase, yo estoy aquí”. Porque, ¿cómo se lleva querer comerse el mundo y no saber por dónde empezar?
UNA RESIGNIFICACIÓN NECESARIA
Los ‘quintis’, jóvenes de 13 a 18 años que desarrollan anualmente un proyecto escénico en Espacio Abierto Quinta de los Molinos, también se lo preguntan. Y es que Edipo de cristal no es sólo una obra de teatro. Es, como todo lo que hacen, un grito desesperado e ilusionado en que le escuchen. Es el fruto de sus preocupaciones, de las preguntas que se hacen cuando están solos, de eso que no se atreven a decir en casa por miedo a las reacciones. Pero, y para muestra el propio Edipo, la heroicidad reside en la resiliencia. Ser fuerte no es hacer todo bien y arrasar con todo sin miedo. Ser fuerte es tener la valentía de mostrar tu fragilidad, tener miedo y hacer las cosas con miedo. Seguramente este sea el contenido más potente de la obra: ¿Por qué soy de cristal? ¿Porque a veces necesito ayuda?.
“Hay una intención de resignificar el concepto de ‘generación de cristal’ y poner en valor esta capacidad de su generación de preguntarse mucho sobre uno mismo, sobre cómo mejorar, sobre salud mental…”, me explica su directora, Belén de Santiago. Una madurez emocional de la que no queda la menor duda tras hablar con ellos. “Me gustaría que la gente se fuese a casa pensando que los adolescentes no somos de cristal. Expresar lo que sentimos no es un símil de fragilidad, sino de transparencia”, reflexiona Paula, una de las integrantes del elenco.
EL EDIPO QUE HAY EN TI
Sin embargo, aunque estos jóvenes tienen muy claro qué es lo que sienten, no siempre es fácil expresarlo con palabras. “Todo lo que digo intento hacerlo desde la verdad, pero hay gente para la que es complicado y el teatro es un espacio más cómodo o seguro para comunicar ciertas cosas”, afirma Manu. Una idea que Julia, también miembro de Mundo Quinta, apoya: “La ficción me ayuda a soltarme y no sentirme juzgada porque puedo estar hablando de mí o no. Ese hecho de no ponerse delante directamente es el mayor refugio de Mundo Quinta”.
Pero, ¿dónde encontramos en todo ello a Edipo? No, Edipo de cristal no es una representación de la popular tragedia de Sófocles, sino una creación propia que parte de dicho título. “Leímos la obra y, a partir de cada escena, nos preguntamos con qué nos conectaba, trayéndolo a nuestra propia experiencia”, me explica Belén de Santiago. “Más que adaptarnos a los personajes, hemos adaptado los personajes a nosotros. Es una obra muy personal en la que utilizamos el mito de Edipo para contar nuestras propias historias”, añade Mateo. Aquí se esconde, según sus directores, lo más complicado del proyecto: cuidar la individualidad y al grupo. Sin embargo, es algo que consiguen con creces: “Mundo Quinta ha sido un antes y un después en mi vida. Me ha ayudado a encontrarme, sentirme escuchada y empoderarme”, asegura Lucía, integrante del grupo desde hace varios años.
¿TODO PASA POR ALGO?
Pero, volvamos a Edipo. Si por algo reconocemos su historia es por el destino. La idea de que una fuerza superior pueda determinar nuestro futuro es algo que da respeto. ¿Todo pasa por algo o es una excusa para no hacernos responsables de nuestras decisiones? ¿Hay realmente un oráculo/Dios/fuerza del universo que repercute en nuestro presente? Entre los jóvenes las opiniones son dispares: “No creo en el destino y, si existiera, me parecería muy malo. No es justo que personas buenas que ayudan a la gente tengan una vida que no se merecen y otros tengan una vida resuelta sin merecerlo”, sentencia Valentina. Otros lo ven como una enseñanza: “No había pensado en el destino hasta esta obra y, desde entonces, es algo sobre lo que no paro de reflexionar. Se ha convertido en mi religión y me he dado cuenta de que muchas cosas malas que me han pasado eran algo que tenía que pasar para aprender”, afirma Julia.
Tras la charla, parece que nosotros (pecando a veces de ir de oráculos por la vida), sí que deberíamos escucharlos y aprender de ellos; algo que podemos hacer en Espacio Abierto del 21 al 23 de junio con su Edipo de Cristal: una secuencia de escenas cuya relación no es evidente a simple vista, pero en las que el caos sirve de nexo.
La adolescencia (y la vida adulta, si me apuráis) es un caos, lo que supone un paralelismo entre ficción y realidad especialmente bello. “Todos nos sentimos Edipo a veces, cuando estamos confusos. Da igual la época, el sentimiento es el mismo”, finaliza Julia.
Y es que, ¿hay algo más bello que la sinceridad de un buen desorden?
Mundo Quinta 6 lo integran: Alfredo Marqués, Allison Ortiz, Ada Ruiz, Carla Bilba, Carlota Santos Tejero, Daniel Rodríguez, Deva Tejera, Harold Ron, Inés Navarro Estévez, Itziar Sánchez Collado, Juan, J. Hinjos, Lucía Ruiz, Manuela Peña, Matilda, Mateo, Nerea González, Nerea Trenado, Paula, Paula Santana, Prana, Valentina Ujué y Zoe. También han formado parte del proceso de creación: Elena Morollo, Inés Navarro Estevez y Mara Rubio.