Agustín, tienes una larga trayectoria como intérprete y director a tus espaldas, ¿cómo llegas a la compañía La Luciérnaga?
A través de mi amigo y compañero de profesión Víctor Duplá. Él dirigió La Luciérnaga, y durante ese periodo me invitó a ver uno de los espectáculos: Nuestro pueblo. Me impresionó el arrojo, la habilidad, el talento y las ganas de hacer teatro. Después colaboré en la formación corporal del grupo, les eché una mano en las ayudantías de dirección, bolos…
Vengo de una formación con una metodología gestáltica que aplico a los trabajos artísticos, al principio lo hacía de una manera intuitiva y después buscada, consciente. Siempre he combinado actuar con los trabajos de talleres, grupos, cuerpo, expresión, y desde hace una década con la dirección.
¿Cómo es la dinámica de trabajo con la compañía? ¿La compañía tiene un enfoque únicamente formativo/lúdico o tiene también una mirada profesional?
La Luciérnaga es un grupo estable y mixto compuesto por actrices y actores entre los 28 y la sabia madurez. En estos momentos hay once afiliadxs a la ONCE, organización de la que dependemos, y uno no afiliado, con distintos niveles formativos y experienciales. Nos reunimos dos veces por semana, alrededor de nueve meses al año. La rotación de intérpretes suele ser lenta. Todas estas características junto con el apoyo constante de ONCE nutren, energetizan y permiten la formación y el crecimiento tanto individual como grupal. Cuando nos preguntan sobre la mirada profesional decimos que, somos un grupo amateur muy profesional.
¿Hay diferencias técnicas a la hora de abordar un trabajo cuando los componentes de una compañía son ciegos o tienen problemas de visión?
Cuando un sentido está mermado o ausente, el cuerpo de manera inconsciente se apoya en el resto de sentidos. Nosotrxs hacemos que este apoyo sea consciente y utilizamos el oído y el tacto mayormente para orientar, advertir la presencia del otro, hacernos cómplices y crear un mapa invisible por donde los actores y actrices se puedan mover con libertad. Utilizamos sonidos, palabras clave, onomatopeyas, respiraciones, alfombras, cuerdas… nos lo inventamos constantemente.
Es importante que el que ve, tome conciencia de su manera de expresarse, requiere ser más concreto verbalmente, es lógico e imprescindible. Si queremos expresarnos con imágenes y que nos entiendan tenemos que describirlas en el espacio. No sirve decir “vete allí”, “movemos el brazo hasta aquí”, “cuando hago este gesto…”, expresarse así no funciona, no se entiende. La confianza con el cuerpo, dejarnos tocar, tocar con respeto, expresarnos con honestidad, acortan el camino del entendimiento.
Cuando el público se adentra en la historia que le estáis contando, más allá de quién sea la persona/intérprete que la cuente, ¿es cuando sentís que habéis logrado el objetivo?
Este aspecto nos llena mucho, es uno de los aspectos de la integración y creo que como a cualquier actor o actriz independientemente de su grado de visión, conseguir que el público se olvide de la persona y acompañe al personaje durante toda la historia es apasionante. Cuando el público sabe que hay personas videntes, ciegas y con deficiencia visual grave sobre el escenario, generalmente los primeros minutos son para intentar detectar quien ve y quién no… después de esos minutos generalmente se dan por vencidos y se meten en la historia disfrutando de ella.
Creo que antes de presenciar un espectáculo de estas características, en una parte del público, hay cierto grado de fantasía negativa provocado por el desconocimiento. Que como decía antes, minutos después del comienzo de la obra se disipa.
Uno de los comentarios que más me ha llamado la atención a lo largo de estos años es “Pero si he disfrutado de la obra de teatro… son actores, me he olvidado de todo”. Quien viene a ver el espectáculo lo disfruta, suele ser lo habitual.
¿Crees que, en general, en las escuelas de Artes Escénicas hace falta más especialización para atender a cada persona y sus diversidades y trabajar mejor la inclusión?
Creo que atender a cada persona y su diversidad requiere de infraestructura, y que mientras la conseguimos, especializarnos y una buena dosis de sentido común, ayuda mucho a la inclusión.
Llegáis al Festival Visibles con Los habitantes de la casa deshabitada, una obra de Jardiel Poncela. ¿Qué nos puedes decir del montaje?
Que es un montaje divertido, dinámico, gamberro y lleno de juego. Una excelente partitura cómica nada fácil de tocar, con la que nos estamos divirtiendo mucho.
¿Habéis respetado el texto original o habéis introducido modificaciones?
Hemos respetado el texto del maestro, también hemos añadido alguna pequeña gamberrada en nombre de la comedia que deseamos esté a la altura… Aprovechamos para agradecer a Enrique Gallud Jardiel su colaboración y generosidad.
¿Te parece interesante una iniciativa como Festival Visibles?
¡Por supuesto! Iniciativas como estas son fundamentales para promover la visibilidad y la inclusión de artistas con discapacidad en el ámbito escénico. Estos festivales no solo ofrecen una plataforma para que estos artistas exhiban su talento, sino que también ayudan a sensibilizar al público sobre la importancia de la inclusión en las artes. Es una excelente manera de celebrar la diversidad y fomentar la igualdad de oportunidades en la cultura.
Aunque lo ideal sería que no hubiese que celebrar este tipo de festivales que quieren reivindicar derechos que todos deberíamos tener, independientemente de nuestra condición, ¿no?
Es cierto. Lo ideal sería que, a pesar de las condiciones de cada persona, hubiera oportunidades dentro del circuito teatral. Nosotros siempre decimos que primero somos actores y luego ya si eso hablamos de otras cosas.
Si cada ser humano es único y diferente, ¿por qué vivimos en una sociedad que no tolera nada bien la diversidad?
Existen todavía prejuicios arraigados, miedo a lo desconocido y la influencia de normas sociales restrictivas. A menudo, la sociedad se enfrenta a desafíos para aceptar y valorar la diversidad debido a la falta de exposición a diferentes perspectivas y experiencias de vida. Sin embargo, con la educación, la sensibilización y el fomento de la empatía, podemos trabajar hacia una sociedad más inclusiva y respetuosa.
En el mundo de las Artes Escénicas se tiene creado un estereotipo basado en la imagen, pero nunca se piensa en las capacidades
Formáis parte de una gran organización como la ONCE, con todo y con eso ¿sentís que tenéis el apoyo necesario para poder desarrollar vuestro trabajo?
Nuestra compañía tiene un gran apoyo por parte de ONCE. Gracias a su ayuda, disponemos de un espacio donde ensayar, podemos hacer teatro, formarnos y demostrar que estamos a la altura de cualquier otra compañía.
¿Tenéis facilidades para actuar en cualquier teatro?
Nosotrxs nos limitamos a actuar en teatros de Certámenes municipales, que en ocasiones son teatros magníficos, espacios ONCE y Centros culturales.
¿Os programan mucho dentro de programaciones regulares -no pertenecientes a ciclos específicos-?
La verdad es que nunca nos han incluido en programaciones regulares, quizá porque no somos una compañía profesionalizada, no lo sé.
Nosotros tenemos dos formas de acudir ir a actuar. Una de ellas, ONCE nos consigue actuaciones a través de nuestra dirección Territorial o General. Por otro lado, se nos requiere por el nombre de la compañía y su prestigio. Y una tercera vía, es que licitamos a Certámenes de teatro con otras compañías, pasando por un jurado que selecciona un número determinado de obras. En este caso sabemos, porque en alguna ocasión nos lo han confesado, que surgen dudas a la hora de seleccionarnos.
¿Crees que los medios de comunicación sabemos tratar estos temas de integración escénica?
De manera puntual los medios de comunicación nos tienen en cuenta, pero cuando lo hacen, lo hacen para hablar de la discapacidad y dejando a un lado el aspecto técnico y actoral. Consideramos que hacemos un trabajo de calidad como para que tuviese mayor repercusión, la verdad.
¿Le dedicamos suficiente espacio a iniciativas como la vuestra?
Se dedica poco tiempo y espacios. Creo que sería muy interesante que viniesen a ver nuestro trabajo en los ensayos y en las representaciones. Se quedarían boquiabiertos.
¿Crees que el mundo de las Artes Escénicas es inclusivo?
El mundo de las Artes Escénicas ha avanzado hacia la inclusión, pero aún enfrenta desafíos para garantizar la plena representación de diversas identidades y experiencias. Se están realizando esfuerzos para hacer que los espacios sean más accesibles y acogedores para todos, pero queda mucho terreno por recorrer a nivel actoral. Un vidente por ejemplo, puede hacer de ciego en una obra de teatro, pero un ciego no puede hacer de vidente. Otro ejemplo, en muy, muy pocas obras ha habido un elenco donde haya actores videntes e invidentes.
¿Realmente estamos cerca de lograr la plena inclusión escénica?
La plena inclusión escénica es un objetivo noble y vital para garantizar que todos tengan acceso equitativo a las artes escénicas. Si bien hemos avanzado en términos de conciencia y prácticas inclusivas, aún queda mucho por hacer en términos de accesibilidad, representación, eliminación de barreras e integración de actores. Estamos en camino, pero aún hay desafíos por superar.