Carla es la protagonista de nuestra historia. Historia en la que no se atreve a aparecer y en la que, paradójicamente, aparece todo el tiempo. Protagonista involuntaria de una foto que todo el mundo ve, que todo el mundo descarga, que todo el mundo reenvía, de la que todo el mundo habla… Pero nadie pregunta a Carla. O nadie parece darse cuenta de que ser un eslabón en la cadena, significa inevitablemente, mantenerla y darle fuerza. Cadena que minimiza el daño que puede sufrir la dignidad de alguien, cadena que condena los cuerpos, las sexualidades, la intimidad…