Tres personajes, en una calle, en una ciudad. Ángel, un misterioso trotamundos; Mateo, un guitarrista callejero; y la joven mileurista Lucía.
El azar y las canciones de Serrat provocan el encuentro entre éstas almas solitarias en momentos cruciales de su camino.
A partir de la poesía del legendario cantautor, se despliegan unas historias de vida llenas de coincidencias, con un inesperado giro inquietante que los pondrá entre la espada y la pared. ¡Ven y descubre el ser tan maravilloso que hay en ti!
¿Pueden convivir bajo un mismo paraguas estético teatral las atmósferas de Win Wenders y las canciones de Serrat, todo endulzado con pinceladas de humor negro costumbrista?
Éstas son las reglas del juego con las que nace Lucía. La comedia marca el pulso de los primeros cuadros. Unos personajes se encuentran ‘casualmente’ por la calle y ven como crece su ‘curioso’ vínculo a través de la música de Serrat. En el ecuador de la obra, los aromas de thriller entran en juego para dotar al viaje de un halo de misterio inquietante que comienza a revelar una historia con profundos dilemas existenciales que pondrá a los protagonistas en un abismo de decisiones complejas, que invitan al público a reflexionar seriamente. “¿Qué haría yo en su lugar?”
Está claro que éste viaje no sería igual sin la magia, la poesía y el vuelo musical de las canciones de Joan Manuel Serrat, exquisitamente interpretadas por los protagonistas, acompañados a la guitarra por Martín Piragino el tercer personaje y testigo directo de éste vínculo que desborda ternura y humanidad.