¿Qué sería uno capaz de hacer por conseguir un objeto, por ejemplo, un colchón que cuesta 45.000 euros? Perder la cabeza, como les ocurre a los personajes de Un buen colchón, una hilarante comedia sobre el deseo consumista que se representa del 14 de marzo al 31 de marzo en el Teatro Quique San Francisco de Madrid tras su estreno el 6 de marzo en el Teatre Talia de Valencia.
Escrita por Paula Llorens y dirigida por Israel Solà, uno de los fundadores de la compañía La Calòrica, Un buen colchón está protagonizada por Carlos Chamarro, conocido sobre todo por sus papeles de Julián en la serie de televisión Camera Café y, actualmente, de Esteban, también en La que se avecina; Veki Velilla, coprotagonista de la serie García, y Víctor Palmero, que ha alcanzado popularidad con su papel de Alba en La que se avecina. La obra producida por 11 Varas explota las caprichosas necesidades que la gente se autoimpone por modas, tendencias y la manía por ser más y mejor que los demás, por poseer lo exclusivo.
UN SUEÑO ABSURDO
La idea original partió del guionista Jorge A. Lara, quien se la planteó a su socio Borja Cabada y al director del área teatral Gabriel Ochoa, y entre todos decidieron poner la historia en manos de la actriz, dramaturga y directora Paula Llorens (Yana, La malaltia del temps, El abrazo de los gusanos, Inquilinos), autora del texto teatral, que sitúa en el comienzo de Un buen colchón a una pareja de treintañeros llena de sueños y aspiraciones que se han ido a vivir juntos. La primera noche tras la mudanza, ya tumbados en la cama, leen una noticia que les llama la atención: un futbolista de primera división duerme en un colchón de 45.000 euros.
Esa misma noche él tiene una revelación en forma de sueño absurdo: desea ese colchón. Ella, una opositora, centrada y organizada intenta disuadirle hasta que ambos se encuentran en la tienda frente al colchón. Atrapados por una publicidad engañosa se convencen de que todos sus problemas se arreglarían si tuvieran ese objeto que les permitiera descansar bien. Esta obsesión les lleva a una espiral de situaciones alocadas donde cada vez pierden más el rumbo de sus vidas, no dudan en hacer todo lo que esté en su mano, en su pie, en todo su cuerpo para conseguir ese colchón. Harán tanto por conseguir su sueño que perderán el propio.
En el escenario, interpelando al público y dirigiendo la escena, conduce la historia el personaje del irónico y analítico narrador, que recuerda a un presentador de concurso de televisión.
Para Llorens, «un buen colchón es aquello que necesitamos para dormir, pero también, de forma metafórica, es lo que nos enseñan que debemos tener para que en caso de que llegue una mala racha económica podamos seguir tirando. Sea de una o de otra forma, un buen colchón siempre es sinónimo de descanso y tranquilidad, pero… ¿Qué ocurre cuando ese buen colchón es el problema? Que tumbarse en él resulta una obsesión. Y descansar sin él parece imposible. Entre la espada y la pared o entre el colchón y la vida, nuestros protagonistas se enfrentan al peor de los males, el autoinfligido. Esa necesidad autoimpuesta por modas, tendencias y un obsesión por ser más que, mejor que; exclusividad y capricho. Nuestros protagonistas se enfrentan a ellos mismos y su tontería y nadie les va a poder ayudar».
LA RESPONSABILIDAD DEL ÉXITO
El director Israel Solà explica que “en un mundo que nos ha contado que el éxito solo depende de tu capacidad de emprendimiento sin que el contexto socioeconómico tenga ninguna relevancia, el individuo acaba teniendo toda la responsabilidad de su fracaso. Si no triunfas, es porque eres un vago”.
Un buen colchón es pues, resume su director, “un cuento alrededor de la cama y los sueños, un cuento donde el narrador que a la vez hace del resto de personajes de esta historia mueve los hilos de Andrés y Bárbara haciéndolos bailar a su antojo a través de escenas hilarantes, una comedia sobre los sueños que se convierten en pesadillas”.
La obra podrá disfrutarse del 14 al 31 de marzo a las 19.30 horas los miércoles, jueves, viernes y domingos, y a las 20.00h, los sábados.
11 VARAS
Productora audiovisual y teatral, la actual obra es uno de los tres montajes que la empresa acomete este 2024 junto a Y que nunca he llorado de Miguel Ángel González, dirigida por Josep Cerdá, y El postre de Jorge A. Lara, dirigida también por Jorge A. Lara, junto a Jaime Pujol.
El área de teatro de 11 Varas la pilotan Gabriel Ochoa y Carlota Guivernau, que han desarrollado una extensa carrera en diversas facetas en las artes escénicas, tanto en gestión como en la creación teatral, desarrollando tres proyectos que van desde una comedia sobre los sueños, pasando por el humor de la vida cotidiana y los enfrentamientos familiares, hasta un asesinato en un teatro. Entre los miembros de su equipo hay nominados a Premios Max y Goya, así como una experiencia desarrollada en más de 20 años de profesión.
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