Fotos: Sergio Parra
Vivimos unos tiempos que parece que han asumido definitivamente el materialismo o el consumismo como centro de nuestras vidas. Pero sólo lo parece. Asistimos constantemente a las pruebas que nos remiten insistentemente a nuestra necesidad de conocer en profundidad el alma humana, aquello que de trascendente persiste en nuestra peripecia vital. Necesitamos que la cultura, el arte, el amor o quizá una idea de lo trascendente eleven esa peripecia que es nuestra vida.
Dentro del inmenso patrimonio literario que atesoramos tenemos muchos preciados elementos que nos pueden ayudar a sensibilizar esas inquietudes. La literatura mística española se construye con la digestión de otras tradiciones místicas presentes en nuestro país, especialmente la judía y la musulmana.
A esa suma de tradiciones hay que incorporar toda la tradición teológica que la cultura europea provoca a lo largo de la aceptación de su raíz cultural judeo-cristiana.
En suma, una literatura llena de abismos, esperanzas, anhelos, sensibilidades o heridas que podremos encontrar en nuestro Templo vacío.
Un espectáculo con música de J. S. Bach cantada por un cuarteto vocal y un actor, Lluís Homar, que nos permitirá entender los anhelos de unos tiempos que están más presentes de lo que a veces imaginamos en nuestro tiempo.