EDITORIAL: EL ENEMIGO EN CASA
Por José Antonio Alba
En estos días estamos asistiendo con pesar al cierre de secciones dedicadas a la cultura en diferentes medios por la poca repercusión que tienen y el desinterés, traducido en la falta de visitas. Y no es de extrañar que quienes nos dedicamos al ámbito de las artes, sea desde el lado que sea, nos echamos las manos a la cabeza con preocupación. Que la información sobre cultura vaya diluyéndose y desapareciendo de los medios generalistas es un problema gravísimo que nos afecta a todxs.
Pero antes de buscar en el exterior cuál es la razón de esa, cada vez mayor, falta de interés, quizá debiéramos mirarnos a nosotrxs mismxs y responder una pregunta previa: ¿Lxs profesionales dedicados a este ámbito consumimos realmente información cultural?
La respuesta debiera ser afirmativa, pero la realidad muchas veces es bien distinta y absolutamente paradójica. Pocas son las personas que muestran un interés real sobre lo que hacen y lo que cuentan lxs colegas de profesión. Y discúlpenme, pero desde aquí hablamos con conocimiento de causa: El profesional de las Artes Escénicas rara vez consume información cultural.
Hagamos una prueba, mientras leen esto, respóndanse ustedes mismxs con sinceridad, que nadie les escucha: ¿Cuántos reportajes o entrevistas a compañerxs han leído en los últimos tiempos? ¿Cuántos han compartido y difundido por redes sociales? ¿Cuántos trabajos, más allá del suyo y el de su círculo más cercano, han recomendado? Sean honestxs, quizá ahí encuentren alguna respuesta a lo que estos días está sucediendo. Pero lo más importante, quizá hallen desde dónde comenzar a ponerle solución.
Febrero en Godot llega marcado por el estreno de El rey que fue, lo nuevo de Els Joglars en el Teatro Infanta Isabel. Una mirada a la figura tragicómica del rey emérito, Juan Carlos I, que conlleva un incisivo repaso a su historia. Además, realizamos un reportaje sobre los montajes actuales sobre diversas obras de Lorca y hablamos con La Zaranda, Josep Maria Miró, Natalia Álvarez Simó o Chevi Muraday.
Por su parte, Godoff realiza una gran cobertura del IX Ciclo de Teatro Argentino. La iniciativa de El Umbral de Primavera es la portada de este mes para presentarnos las seis propuestas que completan una programación que da acogida a diferentes lenguajes y colectivos. Sandra Marchena, Antía Lousada y José Andrés López, y Javier Lara y Egoitz Sánchez, serán otros de los protagonistas de nuestras páginas.
VOZ EN OFF: Y YO QUÉ SÉ…
Por Sergio Díaz
¿Es el Teatro un Arte generacional? Antes de que se me echen al cuello, vamos a pensarlo un poco. Creo que no es lo mismo leer El guardián entre el centeno cuando tienes 14 años que hacerlo con 44. Puedes apreciar la forma y que te maraville igualmente, pero creo que el fondo no es el mismo. Igual pasa con la música. Me resulta complicado pensar que a estas alturas de la película escuchar a Manu Chao me puede cambiar la vida, y lo mismo para Reincidentes, que sí que me la cambió en la Nochevieja de 1996. Por eso no me llega el trap o lo ‘queseaquesehaceahora’. Y está bien que sea así. Y aunque yo siga vistiendo de Quechua y siga llevando sudaderas con capucha, los gustos por la ropa también cambian, y el gusto por los coches, y el lugar en el que quieres vivir… muchas de las cosas que antes te llegaban y epataban ahora pasan por tu vida sin decirte nada, no dejan ni un mísero rastro. Supongo que eso es madurar, o hacerse viejo o gilipollas.
El otro día salí de ver una obra de teatro, la nueva creación de una joven compañía compuesta por intérpretes que podían ser mis hijxs. Me gusta ver y acompañar estos primeros pasos de compañías incipientes. Quiero comprobar qué es lo que tienen que compartir con el mundo. Y tras 90 minutos que parecieron mucho más largos de lo que son normalmente, nada de fondo y nada de forma. O sí, no lo sé, a mí simplemente no me dijo nada. Pero no puedo evitar pensar en ese Sergio joven que se asomaba al mundo lleno de rabia y puedo entender las intenciones detrás de la obra. Son las ganas de gritar por todo lo que hay alrededor, las ganas de quitarse las cadenas que sientes que te oprimen, las ganas de mostrarte y decir que estás aquí (hacerse oír).
Pienso también en toda la gente que se dedica a ver teatro de forma profesional, en aquellxs que colaboran con nuestro ranking y votan las obras según lo que les ha parecido. Hay casos claros en los que es innegable apreciar el talento y las intenciones, pero ¿hay ocasiones en las que una obra no te dice nada porque tienes el culo ‘pelao’ de las butacas?, ¿algo no te emociona porque ya has visto mil versiones de la misma cosa?, ¿hay mensajes que ya no resuenan porque generacionalmente no deben hacerlo? No lo sé y supongo que la respuesta a todo debería ser: “no”, pero a mí, últimamente, me asaltan esas dudas. Quizá, simplemente, es que mi corazón se está convirtiendo en piedra con toda la capa de mierda que le va rodeando en estos 44 años de vida útil.