Por Ana Vallés
Fotos: Manuel G. Vicente
El diablo en la playa (2020) se centró en la lucha contra el caos y nuestro empeño por explicar causas inteligibles y efectos esperados. La poderosa fragilidad de los cuerpos en una playa como metáfora de no-lugar.
INLOCA(2022) se creó a partir de la decisión de entrar en lugares, de franquear una puerta, de rasgar el paraguas que nos protege del caos. Asumiendo nuestra condición de europeos, lo que somos, esa mezcla de patetismo y grandeza.
Fráxil, handle with care (2023) planteo mostrar un saber torcido, iluminado oblicuamente. En esta forma de pensar tan con las tripas que nos caracteriza propongo reconocer lo que no puede decirse y solo puede ser mostrado sin necesidad de preguntarnos si algo es verdadero o si ha ocurrido realmente.
Igual que soñamos lugares, también podemos fantasear encuentros deseados que pudieron haber ocurrido y construir a base de relatos ucrónicos.
Mi fragilidad es mi fuerza. Mis dudas también. Mi silencio, por supuesto. ¿No era Wittgenstein el que decía ‘de lo que no se puede hablar mejor es callar’?
Esta trilogía pretende ser un homenaje a la fragilidad.