Mudanzas es un diálogo con la infancia que queda atrás y la vida adulta que se proyecta en el futuro. En escena, las cajas de estas mudanzas guardan objetos de nuestro pasado, presente y futuro, funden recuerdos de unas y de otros; reproducen canciones de esas que no paramos de escuchar, leen a Nietzsche, escriben a Taylor Swift, recitan a Alberto Ramos, entrevistan a nuestros padres y madres. Junto a las cajas, nuestros cuerpos, que cuentan entre 14 y 18 años, preguntándose qué se siente con esto de crecer.
¿En qué momento nos hicimos adolescentes? ¿Qué cosas haremos y cuáles no cuando seamos personas adultas? ¿Qué es lo que vamos a recordar de la adolescencia? ¿Qué le dirías al niño que sigue dentro de ti? Porque… ¿sigue dentro de ti? ¿Qué parte de él?
Mudanzas se articula en torno a estas y otras preguntas relacionadas con el hecho del crecer y del mudar. De estas preguntas han brotado temas tan variados como el enamoramiento, la ansiedad, la muerte, la migración, el bullying, la familia, el carpe diem, la amistad o las catástrofes medioambientales.