¿Quiénes sois las 4 componentes de la compañía y de dónde viene vuestro interés por las Artes Escénicas?
Las cuatro componentes de Xirgu Teatro somos Cotu Afonso, Eva Gala, Paula Marín y Sara Riudavets, compañeras de la carrera de Arte Dramático con la especialidad en Teatro Musical. Cada uno de nuestros caminos ni empezó ni seguirá de la misma manera, sin embargo, aunque podamos tener metas profesionales diferentes, siempre intentaremos mantener el dominio de las Artes Escénicas.
¿Cómo empieza el camino de Xirgu Teatro?
El camino comienza cuando tres de nosotras (Cotu, Eva y Sara) nos juntamos con un profesor de la universidad que nos propuso realizar un ‘curso’ de interpretación ante la cámara para poder conocer las bases de ésta. Después de un tiempo habiendo trabajado juntas se propuso crear una compañía de Teatro, escribir una obra original y moverla. Cuando empezamos a plantear todo, decidimos que queríamos ser cuatro personas en el proyecto y Paula fue la primera persona en la que pensamos.
¿Cómo está siendo este proceso de trabajar juntas?
No sabíamos cómo iba a ir pero está yendo bastante bien. Al fin y al cabo no cursábamos los mismos años en la universidad y no nos conocíamos del todo. No obstante, al haber priorizado el trabajo en equipo y la ilusión por la interpretación hemos acabado sacando un resultado del que estamos muy orgullosas y nos ha acabado uniendo mucho.
¿Cuáles son vuestros referentes escénicos?
Aquí encontramos diferentes opiniones, sobre todo dado por las diferentes metas que tenemos cada una. Sin embargo, La casa de Bernarda Alba ha sido una gran referente. Desde el principio teníamos claro que queríamos dar voz a las mujeres de la obra, por lo que no quisimos poner en cuerpo ninguna figura masculina. Sin embargo, como en la pieza de Lorca, el motor y los conflictos principales están impulsados por ellos.
¿Cuál es el lenguaje escénico que queréis utilizar para comunicaros con el público? ¿Tenéis una línea clara o irá cambiando en función de los proyectos?
Cuando empezamos a desarrollar la idea del proyecto teníamos claro que queríamos transmitir un mensaje social accesible para el mayor número de personas, es decir, diferentes generaciones y géneros. Por ello decidimos usar un lenguaje realista, cercano y coloquial. Ahora mismo estamos centradas en este proyecto y no sabremos qué nos deparará el futuro, pero si terminamos escribiendo una nueva obra, seguramente partamos desde esta misma base, aunque nunca se sabe.
¿Hablar de los derechos de las mujeres va a ser un tema central en vuestras propuestas?
Realmente no estamos seguras. De momento estamos centradas en No es para tanto y no tenemos una nueva idea. De todas formas, sí sabemos que si creamos un nuevo proyecto querremos que, sea drama o comedia, el público disfrute y reflexione.
¿Qué habéis querido transmitir escribiendo No es para tanto?
Cuando iniciamos el proceso de creación teníamos claro que queríamos hablar de la violencia de género. Somos cuatro mujeres que, a pesar de no haber vivido exactamente lo que nuestras protagonistas transitan, arriba o abajo, nos podemos sentir identificadas con muchas de las situaciones que planteamos en la obra. Uno de nuestros objetivos principales era poder contar, de manera fidedigna, algunas violencias y agresiones que siguen siendo tabú a día de hoy y necesitamos que empiecen a cambiar cuanto antes.
¿Cómo ha sido ese trabajo de crear una obra a ocho manos?
Ha sido complicado, no nos vamos a engañar. Hemos tenido que ser muy disciplinadas, tanto para escribir como para todo lo posterior. Intentamos investigar en profundidad sobre lo que contamos para que fuera lo más fiel a la realidad posible. Nosotras mismas nos hemos ocupado de todos los departamentos que son necesarios para llevar una obra a cabo, como la escenografía, el vestuario, la producción o las redes sociales. Ha sido y está siendo un proceso en el que tenemos que mantener una muy buena comunicación.
En ella vemos a cuatro mujeres de hoy en día que retratan diferentes situaciones a las que se enfrentan. ¿Cada personaje retrata una situación concreta o todas están expuestas a varias problemáticas?
Quisimos que cada personaje retratara una violencia machista concreta, pero ha sido inevitable plasmar diferentes situaciones en cada una. La realidad es que, aunque puedas estar sufriendo un tipo de violencia más palpable o visible, siempre quedan otros que siguen pasando desapercibidos por lo normalizados que están en la sociedad.
¿Es una obra de autoficción o habéis elaborado los personajes en función de ejemplos que habéis tenido alrededor?
Un poco de ambas la verdad. Entre nosotras cuatro podríamos reunir las cuatro situaciones principales que contamos, o sea que hay una gran parte de autoficción. Sin embargo, inconscientemente, terminamos reuniendo tanto vivencias propias como de amigas cercana. Esto nos llevó a representar en No es para tanto situaciones que no son aisladas, sino que las sufren muchas mujeres día a día.
Vosotras, que sois mujeres jóvenes, ¿cómo es vuestro día a día con respecto al tema que trata la obra? ¿Habéis tenido que soportar muchas actitudes machistas en vuestro camino vital?
Creemos que, desgraciadamente, ninguna mujer se libra de ninguna de estas situaciones independientemente de dónde las vivan, ya sea en su casa, su trabajo o la calle. Así que sí, hemos vivido y, tristemente, sabemos que tendremos que seguir lidiando con actitudes machistas en nuestro camino vital.
Hay violencias muy obvias pero, ¿cuáles son aquellas agresiones menos obvias a las que os enfrentáis?
De por sí en la obra ya hemos intentado representar algunas agresiones que sí son comunes pero no se habla de ellas y son difíciles de identificar, como las violaciones dentro de la pareja. Otro ejemplo podría ser la diferencia de autoridad entre el padre y la madre, el control parental sobre las mujeres concretamente, o el acoso laboral basado en la infravaloración.
En vuestro dossier habláis de ciertas contradicciones las que os enfrentáis como mujeres. ¿Cuáles son esas contradicciones que aparecen en la obra? ¿Tienen que ver con patrones que arrastráis inconscientemente?
Una de las contradicciones podría ser que a pesar de todo lo que vive y aguanta Lara (en la obra), no es capaz de entender a la primera lo que Nuria le cuenta, o que Lucía a pesar de haberse enterado sin querer de lo que le ocurre a Camila, se lo termine echando en cara. Creemos que más que patrones que arrastramos inconscientemente son conductas impuestas por el sistema en el que vivimos, por lo que estamos en un proceso de deconstrucción permanente.
¿Cómo ha sido el trabajo con Úrsula Gutiérrez? ¿Qué directrices os ha ido marcando para llevar a cabo el trabajo?
Úrsula es una directora muy generosa. Siempre nos ha dejado jugar con los personajes y proponer todo lo que se nos ocurriera. También hemos podido compartir todas las inseguridades que nos estuvieran afectando y ha sido muy buena guía en todo momento. Además, haber tenido una mente extra y ‘desconocida’ con respecto al proyecto que analizara la obra, ha permitido darle unos matices que nosotras cuatro no habríamos podido alcanzar.
¿Y cómo es la puesta en escena que habéis elaborado?
Al contar sólo con nuestros propios medios sabíamos que necesitábamos una propuesta asequible, eficaz y pragmática. En cuanto a lo que la interpretación respecta, pusimos en común previamente con Úrsula la cercanía que deseábamos que el público sintiera con las historias, así que decidimos abordarla desde el realismo y contemporaneidad.
Si alguien os dijera, que os lo habrán dicho, que “no es para tanto”, ¿Cuál sería vuestra respuesta?, además de esta obra.
Intentaríamos afrontar la inseguridad que nos provoca esta respuesta e intentaríamos hacer entender la situación por la cual nos están infravalorando, que realmente no se separa de lo que transmitimos en No es para tanto. Si no surtiera efecto, entonces sabemos que no merece la pena perder el tiempo con quien no quiere reflexionar ni escuchar.
«Queremos que lo que representamos os haga reflexionar y que, a la vez, os divierta y entretenga»
Habéis construido una tragicomedia sobre un tema bastante dramático. ¿A través de la sonrisa todo resuena mejor?
Al final No es para tanto es como la vida misma. Teníamos claro que, ante todo, las mujeres que vinieran pudieran verse reflejadas en las personalidades de las protagonistas. Cuando compartes experiencias con tus amigas lo sueles hacer sin filtros ni prejuicios. El humor es una vía de escape. No hemos querido frivolizar en ningún momento y creemos que contraponiendo los monólogos, que son más ‘dramáticos’, y los diálogos,
que son más ligeros, lo hemos conseguido.
Ya habéis estrenado esta obra en El Pasillo Verde. ¿Cómo fueron esas primeras funciones?
Estamos muy contentas y orgullosas con el ‘feedback’ que recibimos tras la experiencia en El Pasillo Verde Teatro. Conseguimos hacer ‘sold out’ en tres de las cuatro representaciones y, a pesar de los nervios y fallos, ha sido un inicio muy satisfactorio.
Ahora llegáis a Tarambana dentro del Ciclo ACE para creadoras emergentes. ¿Cómo llegáis a formar parte de este ciclo y qué os ofrece una iniciativa así?
La Sala Tarambana estaba en nuestros planes desde el principio. Creemos que es una muy buena oportunidad estar dentro su programación para que más gente nos conozca, ya que es una sala que apuesta por creaciones originales. Y llegamos a formar parte de este ciclo un poco por casualidad. Contactamos primero con Nacho Bonacho, uno de los responsables de Sala Tarambana, quien se ofreció a venir a vernos, y fue él quien nos introdujo en el ciclo.
¿Cómo veis la escena teatral de este país? ¿Pensáis que os resultará fácil avanzar por este camino de la creación escénica independiente?
A pesar de vivir en la capital y ser conscientes de que aquí las ventajas son mucho mayores que en otros lugares del país, creemos que las oportunidades para proyecto originales, nuevos y que tratan temas que puede suscitar controversia, siguen siendo escasas. Sabíamos que no sería el camino más fácil, pero mantenemos que sí haría falta más ayuda y apoyo para las pequeñas compañías que creamos desde la ilusión y deseo por trabajar.
¿Qué huella quiere ir dejando Xirgu Teatro?
Queremos que la gente sepa que el Teatro no es sólo un mero espectáculo ni un ocio que no se pueda disfrutar tanto como tomarse unas cervezas. Queremos que lo que representamos les haga reflexionar y que a la vez se diviertan y entretengan en el tiempo que pasan con nosotras.