Llega la versión teatral de Clavícula, de Marta Sanz, una de las voces más destacadas de la literatura española actual, que ha incursionado en el ensayo, la novela policiaca, la poesía, la autobiografía y un sinfín de etcéteras. A veces, todo en un mismo libro, como en el caso de este título, uno de sus textos más conseguidos, cuya versión teatral llega de la mano de la compañía aragonesa Le Plató d’Teatro. En él se exploran las fragilidades físicas con un humor descarnado, contando, en una primera persona, qué y cómo es el dolor: de lo personal a lo social.
Esta obra es una especie de diario de malestares a cargo de cuatro mujeres que comparten su relación con su cuerpo, y sus luchas y enigmas con el dolor, la enfermedad, la incomprensión de los médicos. Porque, en ocasiones, la dolencia, o la misma enfermedad, se convierte en motivo de burla amable, acompañada de consejos displicentes y hasta algún diagnóstico: «son nervios. Trata de tranquilizarte, se te pasará». «No seas hipocondríaca, todo está en fu imaginación». «Una mala racha, eso es todo; se te pasará si dejas de pensar tanto en ello». «Haz deporte. Quema calorías. Lo mejor es el pilates». «Ve al psicólogo». Las personas oficialmente sanas tienen un montón de ocurrencias, incluso las que te quieren y se preocupan por ti. Te las regalan por tu bien. Y para que dejes de darles la lata.