Fotos: Pablo Ramiro
Constantemente vemos cómo la realidad supera la ficción. Lo que parecía imposible se torna real ante nuestros ojos con una cotidianidad pasmosa; y, para los ojos de dramaturgos/as, guionistas y escritores/as, incluso intrusiva. Esta irrupción constante delo insólito en el plano de lo real supone una tremenda amenaza para la inventiva: ¿Cómo vencer a una realidad que constantemente supera a la ficción? Dar respuesta a semejante desafío convierte a la razón en inoperante y lo irrazonable se yergue ante semejante despropósito… Lo absurdo emerge entre las fracturas de la comprensión y la locura se impone como única vía de escape. Y esto es la tercera y última parte de laTrilogía Negra: una auténtica locura sin ningún parecido con la realidad.
Tantos esclavos, tantos enemigos es un thriller con vocación de teatro documento, con toques de autoficción y altas dosis de humor. Una loca historia, amoral y cáustica, sobre la venganza delos invisibles, en la que caben usurpadores de identidad, subasteros, corruptos, disidentes, pastores evangelistas, agentes del CNI y muertos que están muy vivos; en la que se utilizan amenazas, micrófonos ocultos, denuncias interesadas, filtraciones, documentos falsificados… En fin, una obra tan absurda como la vida misma.
Esta es una obra rigurosamente falsa y tenemos muchos documentos que lo demuestran:atestados judiciales, denuncias, titulares de prensa, whatsapps robados, grabaciones clandestinas, presupuestos B, partes de lesiones, vídeos de diferentes fuentes y testimonios de personas que parecían recién salidas de una alucinación. Cada uno de estos documentos nos ayuda a reconstruir los pasos de una venganza que empieza con un desahucio y que llevará a nuestro protagonista a convertirse en El Impostor a reparar la injusticia.
En esta lucha imposible contra el poder no está solo. Le ayudarán invisibles como tú y yo, que ya estamos hartos de todo y a quienes nos queda el consuelo de que, al menos en esta obra de teatro, los cabrones que la hacen sí la pagan.