¿Cuándo sabes que lo que haces es material para compartir con los demás? ¿De qué depende de que eso que haces llegue a la gente? ¿Cuándo te conviertes en alguien imprescindible para el mundo de la Cultura? ¿Cuándo eres un referente? Son preguntas que últimamente me asaltan, como se puede comprobar en mi columna de la página 03 de Godoff. Estoy en ese punto de analizar lo que vengo haciendo en la vida. Será la crisis de la mediana edad. Se lo pregunto también a lxs creadorxs con los que me encuentro, para ver si descubro el secreto, pero nadie me lo sabe explicar del todo. En estas páginas de reportaje vamos a hablar de una compañía que sí es un referente. No sé si nacieron con esa intención, pero Atalaya lo es dentro del mundo de las Artes Escénicas. Y lo es por muchos motivos, quizás porque encarna ese espíritu de rebeldía que muchos soñamos que sería el motor de nuestra vida y solo algunos han conseguido mantener a pesar de cumplir años. Ese espíritu que tan bien se reflejó en la película Noviembre, de Achero Mañas.
Ricardo Iniesta bien pudo ser uno de los personajes en los que se basó dicha película. Él, en 1974, ya estaba intentando cambiar las cosas con el grupo universitario madrileño La Guadaña. Se batió el cobre cuando había que hacerlo, en la época más oscura de este país. Y por agitar conciencias con su arte fue detenido por la policía política y encarcelado… cuando eso significaba tener un final bastante incierto. Afortunadamente salió de la cárcel y pudo contarlo. Y estar entre rejas no aplacó sus ganas de crear. En 1983 se traslada a Sevilla donde funda Atalaya Teatro. Allí comienza a trabajar, entrenarse y poner las bases de lo que vendrá después. En 1986 estrena Así que pasen cinco años, de Lorca, que supondría una gran sorpresa para la crítica de todo el país. A partir de aquí Atalaya consigue plasmar un estilo propio, cada vez más reconocido, partiendo de textos de muy diferentes autores que permite lenguajes diversos. Y como ser únicamente una compañía de teatro le sabía a poco, en 1994 Ricardo Iniesta crea TNT -Territorio de Nuevos Tiempos-, que será el germen del Centro Internacional de Investigación Teatral TNT, el cual abriría sus puertas en Sevilla en octubre de 2008 con la Muestra Internacional de Teatro de Investigación, MITIN. Un espacio reconocido en todo el mundo por la gran labor de investigación teatral que allí se realiza.
ANIVERSARIO MUY ESPECIAL
Y desde ese mencionado 1983 donde todo empezó han pasado 40 años dando su vida por y para las Artes Escénicas. Y como una fecha tan importante hay que celebrarla, se han venido a Madrid para hacernos disfrutar con sus nuevos trabajos. Ya en enero estuvieron en los Teatros del Canal mostrando Elektra.25 (su versión del clásico de Eurípides a la que pusieron ese código numérico también para celebrar los 25 años que llevan adaptando grandes textos del teatro clásico). Pero será en el Teatro Fernán Gómez CCV y en el mes de febrero dónde y cuándo tendrán lugar los grandes festejos de cumpleaños.
La primera propuesta que nos ofrecen es El Avaro de Molière, justo en este año en el que se conmemoran los 350 años de la muerte de uno de los grandes dramaturgos de la literatura universal. Ricardo Iniesta ha realizado una adaptación del conocido texto del dramaturgo francés manteniendo la esencia del mismo, eliminado aquellos aspectos de la obra que han envejecido peor y dejando a un lado la ambientación clásica. Por otra parte, han potenciado el carácter coral de los personajes que acompañan en escena a Harpagón, tal como Atalaya lleva a cabo en sus adaptaciones de clásicos. Y dos elementos muy notorios a destacar es que el montaje se representa en clave de musical y han decidido que el papel protagonista de esta versión lo encarne una actriz.
El otro espectáculo que podremos ver de Atalaya en febrero será Marat/Sade. Para esta ocasión Ricardo Iniesta adapta y dirige el conocido texto de Peter Weiss. Utilizando teatro dentro del teatro, la obra plantea un choque entre las diferentes posiciones ideológicas que se dieron durante la revolución francesa. A grandes rasgos supone un dilema entre los presupuestos ideológicos del Marqués de Sade, defensor del individualismo, y los del científico y médico Jean Paul Marat, partidario del colectivismo. La lucha entre ambas posturas, así como la denuncia que realiza hacia los poderosos resulta de una enorme actualidad a pesar de ser un texto escrito en 1963.
En paralelo a la exhibición de estos dos espectáculo el Fernán Gómez CCV acoge también otras actividades en torno a Atalaya-TNT. El 14 de febrero se proyectará la película documental El Abrazo del Tiempo, una película que no solo recoge su historia y trayectoria, sino que también muestra a través de su trabajo la vida y la fuerza de este singular grupo de creadoras y creadores sevillanos. Y los días 23 y 24 de febrero habrá una masterclass de 5 horas impartida por Ricardo Iniesta (director y cofundador de Atalaya) y Silvia Garzón (actriz de Atalaya y pedagoga del Laboratorio Internacional del Actor de TNT Sevilla).
Y esto es solo el comienzo. La dimensión que ha alcanzado Atalaya-TNT es tan enorme que Madrid será solo el primer punto de partida. Después de esto una veintena de ciudades conmemorarán los 40 años de trayectoria de esta compañía en los que Atalaya ha actuado en más de 600 teatros de 43 países repartidos por los seis continentes. Y por todo ello, en 2008 obtuvieron el Premio Nacional de Teatro.
NO A LA IRRELEVANCIA
Hemos hablado de Ricardo Iniesta como el impulsor de todo esto, pero una persona sola, aun siendo el motor principal, no puede levantar y mantener una compañía y un centro teatral de relevancia mundial. Hay un gran equipo de personas detrás (Carmen Gallardo, Silvia Garzón, Raúl Vera, María Sanz, Lidia Mauduit, Garazi Aldasoro, Enmanuel García, Selu Fernández, Jerónima Arenal, Manuel Asensio, Joaquín Galán, Rocío de los Reyes, Victoria Villalta, Belén Galiano, Francesca Lupo, Rocío Claraco, Macarena Gutiérrez…) que han ido aportando su trabajo y su talento para que Atalaya pudiera ir creciendo montaje a montaje. Personas que han creído en una manera única de hacer las cosas, un método de trabajo arriesgado y poco convencional. Pero el riesgo y el no conformarse es lo que hace que pervivas más allá del tiempo y la memoria, que no seas irrelevante. Quizá esté ahí el secreto.
