Es un espectáculo que nace para hacer resurgir la creatividad del residuo de lo vivido. Un show que cuenta al espectador desde la danza flamenca, una historia universal, el ciclo de la vida y el respeto a la madre tierra, que cede, una y otra vez más, el testigo de la creación a las generaciones venideras, y nos invita a la evolución, a recoger el testigo de nuestros antepasados, siempre desde el respeto a nuestras raíces. En el transcurso de la pieza, veremos a los artistas sintiendo y transmitiendo la pasión y la verdad del arte español, disolviendo su alma entre los pasos del baile flamenco.
Usando la luz como arquitectura, crearemos un concepto que permita al espectador identificar la historia, una realidad actual, en el que nos encontraremos uno de los personajes protagonistas ‘la madre naturaleza’, esa maestra, (interpretada por la bailaora Carmela Greco), que nos arropa y nos enseña, en la escena que abre el espectáculo veremos la silueta de nuestro destino, ella a su paso irá abriendo la tierra de una manera especial, desvaneciéndose y siendo engullida por una imagen impresionante como si de un volcán se tratase, y convirtiéndose en la semilla, de la que florecerá la nueva vida, (interpretada por la bailaora María Cruz) para provocar que todo renazca de nuevo. Un elenco de jóvenes intérpretes, que comienza detenido en una época irreal, situados en una atmósfera inquietante, orgánica a la vez que oscura, que se convertirá en una crisálida, que transformará la oscuridad en luz y color.
El espacio en el que habitan los artistas es el único lugar para propiciar el diálogo del alma, olvidar esto es como estar ciegos ante la mejor vacuna. Por eso este espectáculo transmite el mensaje de respeto y de compromiso al que debemos de entregarnos los seres humanos, mostrando la danza flamenca española, desde diferentes registros, con un elenco de músicos y bailarines fresco, actual y talentoso, con una coreografía valiente, que nos dejará sentir el latido de la tierra en la que habitamos. Amores Flamencos es una linda fábula que nos invita a la alegría y al júbilo de la ceremonia de la danza.