La Política en Nave 73

 

Por Alberto Morate

 

La alegoría del personaje de La Política. Hecha cuerpo y humana. Amante que no ama. Enorme depredadora de cuanto toca con sus manos/garras. Lo contrario de la alegría. La explosión de verdades contadas sin pudor ni recato. Oprimiendo, como está acostumbrada, al corazón del pueblo, esos bastardos.

Hay que engañarlos, de todas formas. Que se crean que son ellos los que deciden, la democracia. Borregos que me darán lana, leche, carne, entretenimiento, quebrantos. Hay que hacerlos creer que tienen las riendas, que nosotros, los políticos, estamos a su servicio, pero no, que se vayan olvidando. Soy la política, soy la que mando. Es verdad que me tengo que aliar con la economía, con la justicia, con la religión, llegado el caso, pero yo muevo los hilos, yo pongo las trampas, yo deseo y ellos cumplen los deseos, yo dejo pasar el tiempo y ellos acabarán comprándolo. Soy necesaria, soy un oasis en medio de sus vidas, soy lo que no alcanzan, ineptos, protestan y no saben ni por qué, están ahí fuera, acechando. Pero yo soy fuerte, engolada, vestida de negro, pero con lencería roja, soy pura y brillante, y si no lo soy se lo hago creer, ellos no saben. Necesito un poeta a mi lado que cante mis alabanzas, una nana que me arrope en las noches de cuchillos largos, una criada que me ajuste las enaguas, una nurse que me cuente los cuentos que debo aprenderme para dormir a la ciudadanía campechana. Recoged vuestros bártulos e id a protestar a vuestra mamá, yo solo estoy para dictar leyes y decretos, y la que dirá la última palabra. No lloréis por lo que no tenéis, pero hacéis bien, pedid y se os dará lo que La Política crea que os conviene sin poner trabas. Guardad fidelidad a vuestros equipos de fútbol, a la libertad de tomar unas cañas, pero no se os olvide pagar, ¿de qué otra forma podríamos cobrar nuestra soldada? No creáis a los difamadores, es apariencia, les podemos comprar para nuestra causa. La Política es el auténtico orden en este caos de migrantes, de tendencias sexuales inopinadas, de reclamantes de mejoras laborales, de ociosos del arte que no saben hacer nada. Hacedme caso, yo soy La Política que os hace falta.

Ese es el personaje creado por Patricia Benedicto, y que interpreta magistralmente Elena Corral acompañada de Lúa Testa (será Laura Lorenzo en otras funciones). Alegato sarcástico e irónico, despótico y verídico de lo que supone la política en nuestro país, de la diferencia entre el estamento político y el pueblo llano, gavilán o paloma, plomo y paja, césped y tierra seca.

Se mantiene el monólogo con ritmo e interés, atendiendo a las palabras de la protagonista y a la mudez del personaje secundario (el que calla, otorga), con la acidez de sentirnos identificados, pero con los que gritan fuera, con el pueblo llano. Después, allá ellos con sus campañas.

 

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