George Sand fue una leyenda de las letras francesas. Una mujer independiente, un espíritu libre, una socialista comprometida en un siglo de revueltas políticas y una pionera en la defensa de los derechos de la mujer. Su vida fue sinónimo de libertad, coraje y experimentación, y estuvo marcada por sus relaciones amorosas. Entre ellas, el polaco Frederick Chopin. Cuando se conocieron, él era un joven músico cuya genialidad comenzaba a despuntar. Estuvieron juntos muchos años y se inspiraron mutuamente para crear sus mejores obras. Con el apoyo de Sand, Chopin dejaría de ser una promesa para convertirse en uno de los más grandes compositores de piano de todos los tiempos.
En 1838, los dos artistas llegaron a Mallorca y se instalaron en la Cartuja de Valldemossa. Allí convivieron, se amaron, se pelearon, trabajaron y crearon juntos.
La pieza teatral también recreará esos meses mágicos y febriles.