Bastan 20 minutos, unas lentejas y un poco de ironía para demostrar que la homofobia no tiene cabida en nuestra sociedad.
Nacho y Carlota, padre e hija, quedan a comer un día cualquiera. Nacho prepara su especialidad, y lo que de ninguna manera se espera es que su hija le va a contar algo que cambiará sus vidas para siempre. ¿O no?
El diálogo está lleno de situaciones graciosas pero con un trasfondo dramático realmente profundo. Es un baño de cruda y absurda realidad.
YAG da la vuelta a la forma de entender y ver la homofobia. Una vez vengas a ver YAG, no volverás a ser la misma persona. No volverás a ver el mundo igual.