Espectáculo especialmente creado para dos actores, marionetas y objetos, todos fusionados entre sí, en donde los muñecos actúan lo que los actores no pueden hacer, acción que busca potenciar la puesta en escena, haciéndola muy atractiva y potente para el espectador.
Por otra parte, los objetos, punto de partida del teatro de la materialidad, cobran valor narrativo articulando secuencias de desenfrenada acción, momentos íntimos y otros de alta tensión dramática; pero al mismo tiempo, son un soporte escénico que propicia el goce lúdico, el humor, la sorpresa y la función didáctica que permitirá acceder a un público transversal. En un esfuerzo por acercar la clásica pieza a un público actual, principalmente a quienes se enfrentan por vez primera a la clásica obra, el montaje pone el acento en el carácter ‘popular’ que la caracterizó desde sus primeras presentaciones en 1604 y que con el correr de los siglos fue perdiendo.
Para lograrlo, el montaje utiliza combinaciones y nuevas configuraciones: seres humanos y marionetas, realidad con fantasía, el humor y la tragedia, lo antiguo y lo contemporáneo y elementos mínimos. En síntesis, lenguajes escénicos que propicien una nueva mirada de un texto universal, que potencie el desarrollo del arte de la materialidad.