«Sólo en la desgracia se sabe de verdad quién se es». María Antonieta. Una mujer libre. Una época turbulenta. Una vida trágica.
María Antonieta es un unipersonal teatral y poético, una encarnación delirante y honesta de la víctima más célebre de la Revolución Francesa. Un tour de force actoral que atraviesa con honestidad y riesgo las diversas facetas del personaje: La reina, la amante, la extranjera, la derrochadora, la madre, la actriz, la mujer, la inadaptada, la esposa, la adolescente, la condenada.
Un texto original de Analía Puentes y Camilo Zaffora, a partir de diversas fuentes (la biografía escrita por Stefan Zweig, cartas originales entre María Antonieta y su familia, pasquines periodísticos y proclamas de la época…) sirve de detonante para un trabajo de encarnación poderoso y libre, en la línea experimental del Laboratorio Teatro de Jessica Walker.
Hija menor del emperador austríaco Francisco I y de María Teresa, María Antonieta fue una mujer libre en una época turbulenta. La casaron a los 14 años con el heredero al trono de Francia. Fue un matrimonio político destinado a unir a los Borbones y los Habsburgo, las dos familias más antiguas de la monarquía europea.
La obra relata su tormentosa llegada a Versalles, la frustración ante la frialdad de su esposo, su apasionado romance con el conde Von Fersen, su caída en desgracia -arrastrada por la ola del levantamiento popular- y su juicio y ejecución en 1793.
Para desprestigiar a la realeza, la Revolución tenía que atacar a la reina y en la reina a la mujer. No se ahorró ninguna calumnia para llevarla a la guillotina: todos los vicios, todas las formas de depravación fueron atribuidas sin vacilar a ‘la loba austriaca’.
De la carroza de oro al carro del matadero, de lujo a la privación, del triunfo a la guillotina, la vida de María Antonieta es el símbolo trágico del brutal nacimiento de una nueva era en la Historia de la Humanidad.