“Se tiene que reflexionar desde la platea”
La dramaturga y directora estrena Rita el 20 de enero en el Teatro Fernán Gómez, una comedia con tintes trágicos que nos invita a reflexionar sobre el testamento vital y el derecho de cada persona a decidir sobre su vida. Para su estreno en la capital la dirección corre a cargo de Lautaro Perrotti y Carlos Hipólito y Mapi Sagaseta encarnarán a la pareja de hermanos protagonista.
Por David Hinarejos
Rita en el Teatro Fernán Gómez
De la obra has comentado que nació de tu “necesidad de hablar de la muerte y también del amor”. Pero, ¿de dónde surge la historia?
Fue hace un par de años cuando mi hermana me llamó para que le acompañara a sacrificar a su perra. A partir de ahí, de esa situación, de esa imagen de dos hermanas en una sala de espera, conecto con mi abuela que tiene Alzheimer y que está en una residencia desde hace unos años muy malita. Se asocian para mí estas dos situaciones y pienso “qué absurdo que a una perra la sacrifiquemos para que no sufra y en cambio a una abuela, a una persona, no se nos ocurra”. Rita nace de ahí y en julio de 2019 finalmente pudimos estrenar el montaje.
Me gustaría comentar desde el principio que estamos ante una obra con mucho humor. Lo digo porque al tratar de cara un tema como la muerte, que siempre tratamos de evitar como individuos y como sociedad, puede echar para atrás en un primer momento.
De hecho, el reto de la obra es ese, hablar de la muerte desde el humor. Para eso ayuda mucho la relación entre los dos hermanos, cómo ven desde distintos puntos de vista lo que es el sacrificio de la perra o la relación con la madre. Siempre me ha parecido la relación de hermanos muy cómica, porque se conocen de toda la vida y saben perfectamente, por ejemplo, lo que enfada a la otra persona. Se crean momentos muy graciosos, se odian, se necesitan, se quieren, se ayudan… En la obra cada una de las escenas está pensada como un artefacto cómico para lograr lo que yo buscaba cuando la escribí: que la gente riera mucho durante toda la función, pero que también se fuera emocionando y llorara al final.
El montaje plantea muchas preguntas alrededor de un tema que genera controversia. Esto es algo que ya hiciste con Losers, Playoff y Sólo una vez, hablando sobre qué es la felicidad, el papel de la mujer en la sociedad actual (y el deporte femenino) o sobre la violencia machista, respectivamente.
Pienso que el teatro es reflexión pero que no se tiene que reflexionar desde el escenario sino desde la platea. Siempre trato temas que me interesan, pero no escribo a partir de un tema sino a partir de una situación, algo muy pequeño, que voy desarrollando y que hace aparecer el tema. Me encanta plantear preguntas, pero no busco responderlas porque, de hecho, si las hago es porque yo también las tengo. Nunca, nunca, nunca pretendo ser dogmática. Con esta obra, por ejemplo, la pretensión es que la gente salga hablando del testamento vital, ni siquiera de la eutanasia. Habla de la urgencia, de la necesidad, de hacer ese documento que diga cómo queremos morir, algo tan importante y que facilitaría mucho las cosas llegado el momento.
La sociedad está muy dividida frente a la nueva ley sobre la eutanasia que se acaba de aprobar. ¿La obra respeta todas las sensibilidades?
La obra habla del derecho a decidir de cada uno. Yo conozco a personas que quieren vivir hasta el final, aunque estén mal, que no quieren irse antes de que les toque. Y también a gente que no, que dice: “a la que veas que estoy mal que me practiquen la eutanasia”. Es algo tan personal que yo he intentado hablar desde mi experiencia, porque una cosa es planteártelo como algo factible y otra cosa es realizarlo con un ser querido. No es algo fácil, es un proceso muy doloroso.
Tú misma dirigiste la producción que se estrenó en Barcelona. ¿Cuál ha sido la aportación de la dirección de Lautaro Perotti?
A Lautaro he querido dejarle toda la libertad para que llevara a cabo su propia puesta en escena porque al haberla dirigido yo anteriormente estaba demasiado ligada a unas ideas. He estado muy dispuesta a ayudar en tocar el texto e incluso a añadir partes con los actores en los ensayos. Él sabía que tenía esa libertad y yo estoy encantada con lo que ha hecho.
¿Cuál ha sido tu reacción al ver tus palabras en boca de dos grandes como Carlos Hipólito y Mapi Sagaseta?
Ambos quieren mucho el texto y eso se nota. Además, al ser marido y mujer en la vida real una gran parte del trabajo ya venía hecho de casa, que era esa relación íntima que hay entre dos hermanos. Tienen una complicidad en el escenario envidiable. Pude ver el estreno en Avilés y la dirección me pareció impecable y ellos están espectaculares. Para mí es un orgullo que hayan escogido esta función para hacerla juntos y que sean capaces de hacer disfrutar y emocionar tanto al público como la disfrutan ellos.
¿Cuál es el tema que últimamente te ronda la cabeza y el corazón?
He acabado una comedia porque ha sido una época en la que he necesitado mucho reírme de todo. Lo que pasa es que es un momento tan raro para empezar con un proyecto que estoy esperando un poco y puliéndola bien. Es un texto un poco, como yo digo, a lo Yasmina Reza, con dos parejas protagonistas. Creo que será mi comedia más comercial, por decirlo de alguna manera.