Cuando era una niña, Eva lo tenía muy claro: el amor para ella era ‘caca’. Ya de adulta, la realidad le ha acabado dando la razón. Su enganche físico y emocional con su pareja, Adán, es tal, que no consigue dar por finalizada la relación, a pesar de la infidelidad de él y de lo mal que la trata.
Eva, además, tiene serios problemas con la bebida por culpa de sus miedos e inseguridades, así que decide empezar a ir a la consulta de una psicóloga muy particular… que también se llama Eva.