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El esperpento hecho musical llega al Teatro Español

“El arte en general es algo transformador y prende como un fuego”

 

El Teatro Español sube el telón de la temporada con el nuevo espectáculo de la compañía Nueve de nueve: Con lo bien que estábamos (Ferretería Esteban); un ‘despertar’ lleno de pasión por el teatro, el esperpento y la música del que hemos querido hablar con Carmen Barrantes, Jorge Usón y José Troncoso.

Os advertimos que, si sois de los que sienten que os late un artista por dentro, ir a visitar esta ferretería puede acarrearos graves consecuencias y puede que acabéis viviendo atrapados en un musical. ¡Estáis avisados!

 

¡Cuidado! Este musical amenaza con despertar al artista que llevamos dentro

 

 

Por José Antonio Alba

Foto portada: Javier Naval

 

Además de ser una declaración de amor al teatro y la música, ¿cuáles serían los grandes temas planteados en Con lo bien que estábamos (Ferretería Esteban)?

Troncoso: Trata de la llamada irrenunciable del teatro y del arte en general. Cómo una persona que vive aislada de toda esa información, cuando accede a ella, se da cuenta de que es algo transformador y eso prende en él como un fuego y no tiene escapatoria. Pero también habla mucho de las parejas, de la falta de oportunidades que tenemos para poder acceder al teatro, cómo muchas veces sentimos que estamos aislados cuando, en realidad, estamos rodeados de oportunidades.

Barrantes: El gran tema aquí es el misterio del amor, de la muerte, de la vida. Creo que no podía venir en mejor momento, a parte del título: “Con lo bien que estábamos”, una frase que no pensábamos que íbamos a decir tanto, tiene algo del despertar del artista que llevamos dentro. Hace dos años quizá no todo el mundo se hubiera planteado “¿Qué es lo que tengo que decir?”, pero ahora muchísima gente lo ha hecho. Por supuesto es un canto de amor al teatro, a donde todos tenemos muchas ganas de volver.

Usón: Si hay algo que nos une a los seres humanos es que llevamos un poeta o un artista dentro, un artista profundo que pide paso. Quien venga a vernos a la ferretería va a sentir que ese trapecista, ese cantante, esa vedette que lleva dentro le va a pedir paso porque es un espectáculo hecho para esos artistas. Es un encuentro entre lo individual y lo colectivo.

 

¿Cómo nació? ¿Cómo ha sido el proceso de creación?

Barrantes: Realmente fue un poco comenzar la casa por el tejado. Víctor López Carvajal, el director del Teatro Principal de Zaragoza, fue quien nos propuso hacer un espectáculo con toda la libertad. Desde ahí buscamos los cimientos que era trabajar con quien nos apetecía, con José Troncoso; habíamos visto Las Princesas del Pacífico y nos había fascinado. Es un tío que sabe muchísimo, es un hombre generoso, talentoso a más no poder y nos ha llevado por sitios por donde no esperaba. Fueron muchos meses de ensayo, muy intensos y muy duros ¡Pero nos gusta el barro!

Usón: Ha sido un proceso de desaparición más que de creación. Me llevaba mucho a mis comienzos cuando estudiaba clown. Ha habido un ejercicio de confianza ciega al principio, mutua y firme después, durante casi un año de ensayos. Hasta ahora no había trabajado esta forma de actuar, me ha abierto un mundo; para mí ha sido un cambio fundamental en mi manera de entender el teatro, se podría decir que me ha desbordado el surco de trabajo que venía haciendo. Nos lo hemos pasado muy bien haciéndolo ¡Además de contar con la música de Mariano Marín! Admiro a los músicos de teatro, ese saber transcribir lo que la acción pide y traducirlo en notas musicales. La música completa lo poético y el misterio.

Troncoso: Jorge y Carmen vieron Princesas del pacífico y decidieron contar conmigo para este espectáculo. Yo tenía una idea en mi cabeza desde hace mucho tiempo que se llamaba “Los obedientes” que en vez de tener lugar en una ferretería, tenía lugar en una mercería, pero lo fui adaptando poco a poco a ellos dos y localizándolo en Aragón, en su tierra, y fui escuchando sus voces, intentando trenzar su mundo  y el mío. El tipo de trabajo que he hecho con ellos ha sido el mismo que hago con La Estampida, es la primera vez que dirijo utilizando mi metodología. Con ellos tuve la oportunidad de subir un grado más en este lenguaje.

 

¿En qué se basa ese lenguaje?

Troncoso: ¡Eso me gustaría saber a mí! (Risas) Es un lenguaje que atiende a la necesidad del teatro y que no se cuestiona si lo que se plantea es políticamente correcto o formalmente elaborado.  Me gustaría pensar que mi lenguaje es orgánico y que no tiene ningún tipo de filtro, que hace uso de lo que se necesita en cada momento. Así se construyó Princesas del Pacífico, en el que la mezcla de lenguajes acaba haciendo un código propio.

 

Tanto en tus trabajos para La Estampida como ahora con Nueve de nueve, siempre apuestas por la sencillez en tus puestas en escena.

Troncoso: Para mí lo importante son los actores y que las situaciones trasciendan al público. Si te fijas, las cosas importantes están hechas de manera artesanal. Tenga lo que tenga siempre acabo haciendo uso de la palabra y del movimiento, del espacio y del tiempo, esas son las cosas que me interesan, lo demás puede estar o puede no estar, pero si funciona en una sala de ensayo sin lo demás, vamos a ver qué necesitamos de esas cosas accesorias para contar nuestra historia y quedarnos solo con lo estrictamente imprescindible.

 

El esperpento hecho musical llega al Teatro Español en Madrid
José Troncoso dando notas a Carmen Barrantes y Jorge Usón durante los ensayos. ©Javier Naval

 

Después de Cabaré de Caricia y Puntapié, Carmen y Jorge, ¿esta es la primera vez que volvéis a encontraros sobre el escenario? ¿Cómo lo vivís?

Barrantes: Sí, como pareja en un escenario, sí. Sobre todo es que nos queremos. Esto se hizo desde el amor y por eso ha salido así. Ya tenemos hecho como el 80% del trabajo gracias a la complicidad de respirar juntos, de saber dónde vas. Hubiera sido más fácil repetir la fórmula, pero Troncoso nos llevó a un sitio mucho más profundo dentro de la brillantez, era lo que queríamos y superó las expectativas.

Usón: Realmente no nos hemos vuelto a encontrar con este espectáculo, nunca nos hemos abandonado, no hemos dejado de estar juntos en esto del teatro, por eso tenemos Nueve de nueve. Nos supone esa cosa de alegría, de que algo hemos hecho bien. Es una confirmación de un trabajo de más de diez años y lo vivimos con firmeza y alegría, pero también con responsabilidad.

 

Jose, el año pasado abrías temporada con Lo nunca visto en la Margarita Xirgu y este año en la principal del Español con Con lo bien que estábamos (Ferretería Esteban).

Troncoso.- ¡Y yo encantado! Me parece que me están pasando muchas cosas bonitas, pero no quiero hablar de suerte cuando tengo consciencia de la cantidad de trabajo que llevamos a nuestras espaldas.

 

Tras estos meses de incertidumbre, ¿de qué forma pensáis en las artes escénicas?

Troncoso: En situaciones de crisis, sé que puede sonar contradictorio, intento duplicar lo que tenemos. No es que sea una negación a la realidad, la realidad es terrible, pero creo que hay que vencerla sumando más energías para que la trayectoria sea más larga. En este caso, con el siguiente trabajo de La Estampida lo estamos haciendo, hay un actor más, somos cuatro en escena. No es un momento de queja, si no de duplicar trabajo.

Lo que ha pasado creo que puede hacer que las temáticas cambien, para mi creo que ha llegado el momento que, para que el teatro sobreviva, debe volver a él mismo, a potenciar las historias y la comunicación. Más que nunca hace falta que la comunicación sea mayor.

Barrantes: Esto ha sido un frenazo que nos ha hecho despertar de algo. Echo mucho de menos volver. Sé que se me va a hacer raro el salir y no abrazar a nadie, ¿cómo va a ser la post función? Eso es lo que más ‘cosa’ me da. Igual que cómo va a ser la risa tras la mascarilla.

Usón: Ha puesto en valor el encuentro entre personas. Eso para mí ha cobrado un valor nuevo y ha constatado lo importante que es. Por otro lado, me ha servido para abrir mundos nuevos, tengo la cabeza llena de teatro que ahora quiero soltar. Dar todo lo aprendido en este tiempo. Se me ha abierto mucho la cabeza.

 

El esperpento hecho musical llega al Teatro Español en Madrid
Jorge Usón y Carmen Barrantes en ‘Con lo bien que estábamos (Ferretería Esteban)’. ©Javier Naval

 

Los tres tenéis vínculos con la música y el teatro musical, ¿cómo es vuestra relación con este género?

Barrantes: Me apasionan los musicales, me encantan. Admiro mucho a la gente que los hace, me parecen verdaderos olímpicos. Cuando voy a verlos me creo como una niña viendo fuegos artificiales, es la mayor fantasía que hay y me transporta a sitios muy bonitos.

Usón: Me encantan, cuanto más genuinos mejor. No me gustan las franquicias, pero cuando hay algo genuino, lo disfruto mucho. Para mí, que tengo un grupo musical, es una continuación de mi trabajo. Este es un musical a pesar de los personajes, la música no totaliza nada, ayuda a avanzar en la acción. No hay un regalo al hecho de que Carmen y yo cantemos, está al servicio de la historia.

Troncoso: Para mí los musicales son divertidos de hacer, pero no me gusta verlos porque no entro en el código, no me lo creo. Puedo apreciar la belleza y la fascinación, me encanta todo el trabajo que hay detrás, pero no es algo con lo que vibre especialmente.

 

¿Y cómo has hecho en Con lo bien que estábamos (Ferretería Esteban) para no caer en eso que no te gusta del musical?

Troncoso: A mí no me gusta de los musicales cuando las canciones no hacen avanzar la acción dramática. Cuando aparece una canción que podría estar o no en la dramaturgia, eso me pone de los nervios. (Risas)

Hay que decir que esto es un antimusical porque prima más el valor de la historia que el código del musical. He intentado que todas las canciones que aparecen sirvan para asistir a un crecimiento, cuando empiezan a cantar están en un sitio, pero cuando termina la canción están en otro, han tomado una decisión o algo ha ocurrido. Sobre todo porque como Esteban es un personaje completamente poseído por el teatro, es tan importante para la historia que él cante, que no hay otra forma de contarlo. Él canta incluso cuando no debe cantar, en ese sentido es un musical gamberro y extraño. Es un musical a nuestro pesar (Risas) En realidad es un esperpento más que un musical.

 

¿Dónde más os vamos a poder ver?

Barrantes: Si hay suerte, y todo va bien, seguiremos con Antoine, la increíble historia del creador de El Principito que era una historia muy bella también basada en la esencia y la carcasa de las cosas. Era un musical muy dado a que la gente imaginara. También esperamos que nos salga gira de Con lo bien que estábamos y si no, nos meteremos en otro “fregao” de producción (Risas).

Troncoso: Ahora mismo voy a entrar con La geometría del trigo en Madrid, estaba deseando volver a contar la historia de estos personajes. Sigo con proyectos de dirección para el 2021 en Dinamarca y actualmente estoy dirigiendo un proyecto que se llama Cine María Cristina en Gijón y con talleres de teatro. Esperemos que todo pueda llevarse a buen puerto.

Usón: Ahora estoy rodando una serie: Veneno. Acabo de grabar el segundo trabajo con mi grupo, Decarneyhueso, que se va a llamar “El oficio del mar” y empiezo a ensayar en otoño con Natalia Menéndez en su nuevo proyecto para Naves del Español: El salto de Darwin de Sergio Blanco. Acabo de escribir y dirigir La Tuerta, un unipersonal con María Jáimez, una alternativa nueva para mí que repetiré muy pronto.

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