Estas son las reflexiones que nos ha hecho llegar el equipo que gestiona Teseo Teatro acerca de cómo la crisis del COVID-19 afectará a su espacio.
Lo primero de todo: ¿Cómo estás? ¿Cómo estás sobrellevando esta situación?
Ante todo muchas gracias por vuestro interés. Nosotros estamos, por suerte, todos bien, vamos resistiendo al virus. Espero que por vuestra parte os encontréis también lo mejor posible.
Con la actividad escénica interrumpida, ¿estáis pudiendo desarrollar otras actividades: gestión, contacto con las instituciones, preparación y difusión de recursos digitales…?
Con la interrupción de la programación nos encontramos al ralentí. Se mantiene una actividad mínima de gestión, de puesta en contacto y recepción de noticias por parte de colegios o asociaciones con las que teníamos actividades concertadas, así como la atención de correos y una pequeña parte de contacto con las redes.
Cuando escucháis lo del teletrabajo como recomendación gubernamental: ¿qué sentís?
El cierre nos ha pillado con los primeros movimientos y reuniones de un proyecto en ciernes, que como no puede ser de otra manera, tendrá que esperar. Esto supone un retraso indefinido en su estreno e incorporación a la cartelera, lo cual puede resentir la programación. A pesar de todo, estamos haciendo lo posible por seguir trabajando en todos los preparativos, el texto, los personajes… para aprovechar el tiempo de la mejor manera. Esa es nuestra forma de ‘teletrabajar’.
¿Qué ha supuesto esta situación para vosotros a nivel de puestos de trabajo de forma directa? ¿Habéis tenido que prescindir de alguien o podéis mantener todos los puestos?
No tenemos ninguna intención de prescindir de nadie, pero sí necesitamos irremediablemente la paciencia y el apoyo de todos y cada uno de nuestros miembros.
¿Cuántos espectáculos vamos a dejar de ver en vuestra sala y cuántas compañías se ven afectadas?
En nuestro caso, además de la compañía residente, que por porcentaje es la más afectada, se van a ver afectadas otras dos compañías, además de los alumnos de la Escuela Jamming, que hacen algunos de sus espectáculos en nuestra sala. Los espectáculos en principio se mantendrán, pero no sabemos qué efecto tendrá una interrupción tan larga, es muy posible que alguno tenga que ser retirado. Para el mes de abril teníamos programado el estreno de una obra de una compañía externa que no podrá ser exhibido.
El 90 ó 95% de nuestra actividad se concentra en la programación de fin de semana y en la campaña escolar, toda ella interrumpida. En cuanto a la campaña escolar, algunos colegios se han puesto en contacto con nosotros para anular las funciones concertadas, deseando poder reactivarlas más adelante (pero por supuesto con la misma incertidumbre que nosotros). Otros no nos han dicho nada, pero la evidencia según pasan los días es de que queda todo anulado hasta el curso que viene. La programación esperamos poder volver a retomarla antes del verano, pero todo está en el aire, ya que aunque permitan a las salas y teatros volver a abrir, hay que contar con que todo el mundo estará inevitablemente muy cauto a la hora de acudir a recintos con gente y que, no nos olvidemos, entramos ya en la temporada más baja para el teatro. No nos queda más remedio que confiar en la temporada que viene.
A nivel de instalaciones, ¿estáis de alquiler o el local es vuestro? alquiler ¿Supone uno de los grandes gastos a mantener aunque no haya actividad?
Todo este parón nos supone un problema a la hora de afrontar los pagos corrientes, empezando por el alquiler. Está teniendo lugar una batalla interna, como la de tantas salas y tantos negocios, para ver si podemos suspender o retrasar facturas, sin otra ayuda que la esperanza en la comprensión que puedan tener nuestros interlocutores. Y por supuesto, una incertidumbre enorme sobre cuándo y de qué forma podremos volver a abrir y cómo vamos a llegar a dicho momento.
Vosotros sois también escuela. ¿Cómo os ha afectado ahora y cómo os afectará de cara al futuro?
Las clases están completamente interrumpidas a la espera de ver cómo se desarrollan los acontecimientos. En nuestro caso tenemos tres grupos abiertos: uno infantil, otro de adultos, que es externo, y una clase de canto; un total aproximado de 20 alumnos. Todos están pausados y con la esperanza de poder retomarlos aunque sea unas semanas. En la espera, se está preparando material para poder aprovechar todo lo posible las clases que podamos tener.
Dependiendo de lo que dure el confinamiento y de las medidas que se tomen posteriormente, tendremos que plantearnos no retomarlas hasta el comienzo de la temporada en septiembre/octubre.
¿Tenéis formación online? ¿Creéis que puede ser una salida? Si no la tenéis, ¿Os lo estáis planteando?
No tenemos formación online, aunque teniendo en cuenta las circunstancias sí nos lo planteamos. Pero dada la naturaleza de los grupos, no parece una solución viable o sostenible.
¿Qué impacto económico creéis que supondría para vosotros no poder reanudar actividad hasta septiembre?
Cuanto más tardemos en abrir, más nos va a costar y por supuesto nos preocupa mucho. Cuando uno elige una actividad de este tipo sabe que la estabilidad no va a estar en su día a día, y con ello se cuenta. Pero esto va mucho más allá de la inestabilidad. Como ya he dicho, solo nos queda desear y esperar que, cuando todo vuelva más o menos a la normalidad, volvamos a tener la confianza del público que nos sigue, los colegios, las asociaciones… y que todo eso nos haga volver a levantarnos. Aunque somos conscientes de que los malos tiempos son para todos, y que la situación económica va a ser muy complicada a todos los niveles. De modo que, una vez más… incertidumbre.