Carlos De Matteis, fundador e impulsor de Plot Point junto a Marina Skell, nos traslada sus impresiones acerca de cómo la crisis del COVID-19 afectará a su espacio.
Lo primero de todo: ¿Cómo estáis?
Bien, estamos sanos, aunque ya mucha gente a nuestro alrededor ha sido tocada por la enfermedad o la pérdida de un familiar.
Con la actividad escénica interrumpida, ¿estáis pudiendo desarrollar otras actividades: gestión, contacto con las instituciones, preparación y difusión de recursos digitales…?
No estábamos preparados para esto. Hacemos teatro y el teatro es una ceremonia alterable (porque está el otro) y necesita esa presencia. El cine, la pantalla del ordenador es otro espacio que valoramos, pero nada tiene que ver con lo nuestro.
Es cierto que el ADN de Plot Point tiene sobre todo que ver con ayudar a crecer a las personas y en ese sentido este momento nos está implicando a fondo. Y lo hacemos uno a uno usando internet. Espectadoras y alumnas tienen siempre gente con quien compartir y buscar formas de seguir creciendo.
Cuando escucháis lo del teletrabajo como recomendación gubernamental: ¿qué sentís?
Sentimos que no tiene que ver con nosotras. Nuestra cultura implica abrazos, presencia. Sentimos que, como es habitual, el sistema siempre está construido entorno al crecimiento económico, a la producción. La búsqueda, la investigación no están entre los valores de la sociedad, ni siquiera en la investigación científica. Seguimos siendo un país que construye su riqueza entorno a la hostelería. Los ‘titiriteros’ molestamos y algunos lo expresan sin pelos en la lengua.
¿Cuántas personas trabajaban en vuestra sala habitualmente?
Tenemos distintas áreas y funciones. Administrativas, técnicas, actrices, y compañías amigas. La tribu Plot Point somos 10, luego hay unas 40 más vinculados a la actuación, algunas en nuestra compañía y otras de compañías amigas.
¿Qué ha supuesto esta situación para vosotros a nivel de puestos de trabajo de forma directa? ¿Habéis tenido que prescindir de alguien o podéis mantener todos los puestos?
Solidariamente nos hemos comprometido a sobrevivir juntas o ahogarnos juntas. Lo que hay es para para todas.
E indirectamente ¿Cuántos espectáculos vamos a dejar de ver en vuestra sala y cuántas compañías se ven afectadas?
Se verán afectados unos 6 espectáculos de nuestra compañía y 20 de otras compañías amigas. Decidimos cerrar para cuidar a nuestras espectadoras una semana antes de que el gobierno estableciera el estado de alarma. Para nosotros era claro que íbamos a peor.
¿Qué impacto económico mensual va a tener para vosotros?
Total. Los ingresos son CERO y los gastos siguen siendo los mismos: salarios, SS, alquiler, luz, etc…etc… Hasta el 30 de marzo no hemos recibido más que promesas de tener en cuenta la situación. Nos obligan a parar la actividad sin horizonte. El día 31 de marzo pagamos la SS y autónomos como si nada hubiera ocurrido.
A nivel de instalaciones, ¿estáis de alquiler o el local es vuestro? ¿Supone uno de los grandes gastos a mantener aunque no haya actividad?
¡Alquiler! ¡Sin moratoria!
¿Cuáles creéis que van a ser para vosotros las repercusiones a largo plazo de esta crisis del COVID-19? ¿De qué forma lo vais a sufrir de cara al futuro?
No podemos imaginarlo ni preverlo. Plot Point es la gente que lo construye y si no estamos todas en pie cuando termine esta crisis será imposible seguir adelante. No tendrá sentido. Haremos lo que sea y más para ser mejores de lo que éramos.
Se está hablando mucho de las medidas que ha tomado el Gobierno. ¿Crees que son suficientes para la cultura a nivel general y para vosotros en particular?
Hoy es 30 de marzo y de momento se habla. Ya veremos qué lugar ocupa nuestro sector para este gobierno y para la UE. De momento, sin que lo necesiten, ya han garantizado dinero a los bancos para que puedan prestárnoslo con intereses. ¿Porqué es tan importante siempre salvar a los bancos?
¿Qué necesitáis vosotros particularmente de las instituciones en un momento así?
Creo que no solo nosotros necesitamos, y ni siquiera podría decir que somos los que más lo necesitamos. Todos los sectores de pymes, autónomos, y empleados necesitan. Vamos a desaparecer muchas si no recibimos ayuda. Pero no sólo nosotros, sino las personas que no tienen una nómina, o paro, o viven en la calle y esos están mucho más expuestos. Es curioso que hoy todos necesitamos del Estado y exigimos su presencia, pero luego muchos quieren achicar y achicar sus atributos y competencias.
¿Tenéis concedida alguna ayuda pública reciente? Si es que sí, ¿tenéis ya el dinero o todavía no? ¿Os han dado las instituciones alguna previsión en este sentido?
Teníamos una por una producción de la Comunidad y otra por programación también de la comunidad, en cualquier caso, ese dinero nos podía servir, como habitualmente, para pagar los gastos fijos de un mes del verano.
Para atacar a este sector siempre se habla de que la cultura está muy subvencionada, pero llega una situación como esta o una crisis económica y vemos que es un sector que sufre mucho y en casi todos los niveles. ¿Por qué la sociedad no reconoce al sector como debería? ¿Por qué siempre le dan de lado?
No tengo respuestas. Son sólo ‘ideitas’, miradas parciales sobre una realidad compleja y cambiante a la vez que múltiple, porque hay grandes productoras de cine o teatro y un montón de compañías y salas como la nuestra que a su vez tienen realidades y necesidades muy distintas. Lo que nosotras pensamos es que la sociedad sigue siempre a sus líderes, adopta las líneas de pensamiento y acción de los políticos, de los famosos, de los deportistas, etc. Y desde ‘el jefe del estado’ para abajo no hay NADIE que valore la cultura. El rey emérito es más cazador, su hijo es más de toros regatas y herencias… Somos un país de “pandereta y sacristía” y toros.
No I+D, no educación.
España es un país posicionado para vivir del turismo y punto. Si quieres vanguardia, innovación, creatividad, tienes que salir de España para irte a París, Londres, USA, etc… Los presidentes americanos hasta reciben y homenajean en fechas especiales a sus artistas. Aquí no es la costumbre. Cada tanto algún ministro va a unos Goya o a un estreno en el Teatro Real. Allí termina su cultura. Los demás no somos cultura, somos hippies, vagos, putas, travestis, raros, etc.
Vosotros sois también escuela. ¿Cómo os ha afectado ahora y cómo os afectará de cara al futuro?
Los cuidamos y suspendimos las actividades. Mantenemos contacto con ellas mediante plataformas de internet. Pero hemos suspendido los pagos. La existencia de esta plataforma virtual está destinada a sostener la moral de la gente que ha confiado en nosotras.
¿Cuántos cursos (talleres, laboratorios, etc.) habéis tenido que parar y a cuántos alumnos y trabajadores ha afectado?
Todos. unos 80 alumnos y cuatro profesoras.
¿Cuántos ya organizados no van a poder empezar?
Varios, uno de dramaturgia, uno de escribir dirigir y actuar, uno de actuación frente a cámara y uno de teatro y desarrollo personal.
¿También podría afectaros el retraso de la EvAU y finalización de los cursos lectivos de Institutos y Universidades a la hora de que los posibles nuevos alumnos puedan plantearse apuntarse a vuestra oferta formativa?
Al 30 de marzo ya sabemos que no habrá normalidad en los trabajos prácticos ni en la asistencia. Esto no termina en los plazos que nos cuentan. Lo iremos viendo según prime el dinero o la salud en la gestión de la crisis. Y aunque no lo preguntes, la UE no es una unión de nada. Nos han metido allí para quitarnos la soberanía de gestionar nuestro propio dinero. Cuando la UE quiso se cambió la constitución en un fin de semana. ¿Qué hará ahora? ¿Tiene sentido una Unión Europea que prioriza el capital a la vida? Somos cada vez más las que nos queremos ir…
¿Tenéis formación ‘online’? ¿Creéis que puede ser una salida? Si no la tenéis, ¿Os lo estáis planteando?
Hay cosas que ‘creemos’ que no se pueden hacer ‘online’. El teatro, repito, es una ceremonia ficcional alterable como debería ser la misa que en algún momento conmovía a los asistentes. El teatro, los conciertos de rock son ‘las misas de hoy’. Y necesitan conmoción. Sin conmoción el teatro es un gesto vacío u otra cosa que nada tiene que ver con el cine que es un arte independiente y que nada le debe al teatro.