Mostrar y superar la esclavitud
Fotos: Mathilde Olmi
Lo nuevo de Frank Castorf se está fraguando en el Théâtre Vidy de Lausanne y llegará a Madrid recién horneado, apenas dos meses después de su estreno en la ciudad suiza. Castorf es toda una institución en el teatro europeo, director artístico de la Volksbühne de Berlín desde 1992 al 2017. La radical libertad formal de sus producciones y su concepción nada conformista del teatro político contemporáneo hacen que, a sus 68 años, siga siendo una referencia constante para distintas generaciones de creadores.
En esta nueva pieza, que será en francés, el director alemán pone frente a frente el teatro de Jean Racine (especialmente a través de su tragedia Bajazet) y los escritos de Antonin Artaud. ¿Qué tienen en común un dramaturgo del siglo XVII y el revolucionario de la escena del siglo XX? «En sus textos –dice Castorf– la palabra hablada va más allá del contexto, el lenguaje mismo se convierte en un medio concreto para superar las restricciones impuestas por las circunstancias sociales».
Bajazet, la tragedia turca de Racine, tiene lugar en Bizancio, en el serrallo del califa ausente: el amor se convierte en una pasión destructiva; la política se enfrenta a la sinceridad de los hechos y los sentimientos. Para Castorf, como para Artaud (una referencia constante en su trabajo), el escenario es tanto un espacio donde se pueden mostrar todas las formas de esclavitud, como una manera concreta e inmediata de superarlas. En este caso, el vídeo como vehículo significante está más presente que nunca, para desestructurar la narración y la temporalidad, igual que la palabra hablada rompe el hilo de los acontecimientos en las obras de Racine y Artaud.
«Castorf –dice Eric Vautrin, dramaturgo residente en el Vidy-Lausanne– encuentra en Racine y Artaud más que simples dramaturgos que proporcionan temas para ser representados, aliados y hermanos». Racine conjuró visiones y oráculos y Artaud quemó todas las preguntas posibles. Castorf desafía, con ellos, contingencias y compromisos, haciendo de la creación un espacio para la reinvención de la realidad del artista, renovación estética frente a la simple proyección de fantasía.
Frank Castorf nació en el este de Berlín en 1951. Tras escribir una tesis sobre Ionesco, se hizo conocido por sus subversivos trabajos como dramaturgo y director en varios teatros alemanes. Fundó la compañía Anklam a comienzos de los ochenta, adaptando y dirigiendo obras de Shakespeare, Brecht, Artaud o Heiner Müller. Tras la caída del Muro, fue nombrado director de la Volksbühne de Berlín en 1992 y siguió al frente de esa institución pública, una de las más prestigiosas de Europa, hasta 2017.
En Bajazet – en considérant ‘Le Théâtre et la peste’, Castorf dirige a la compañía del Théâtre Vidy-Lausanne, centro de creación teatral y coreográfica de expresión francófona, de perfil multidisciplinar y con una voluntad deliberada de participar en el diálogo social y político en el continente europeo. Desde 2013, su director es Vincent Baudriller, antiguo responsable del Festival de Aviñón.